07 Nov, 2025, 10:40 AM
Igual recuerdo esa parte, en especial porque en algunos aspectos yo sí prefiero que se maneje así. Pero me explico.
¿A qué se refieren con manejar la congregación como una empresa? De acuerdo al contexto, lo contrastan con el amor, es decir, se refieren a la falta de amor o ser fríos, extremadamente estrictos, quizá como algunos mencionan, hacer negocios o sacar un beneficio de los miembros. Y claro, en todo eso estoy de acuerdo.
Sin embargo, aunque yo no uso el término empresa, sí continuamente aludo a la formalidad y al profesionalismo que el trabajo laboral me ha brindado. En las congregaciones hay mucho nombrado desorganizado (comenzando por el secretario, que se supone que no debería serlo), que es impuntual, que no se prepara para dar una asignación, que se toma cualquier crítica constructiva como algo personal. Incluso, piensen en cómo se ejerce el liderazgo en la congregación, y por ello me refiero a cómo se le dirige. Hay mucho capataz, el que se cree dueño por ser coordinador, el que quiere que todo se haga a su manera. El que dice y no hace. En fin, en mi localidad al menos, no hay verdadero liderazgo, ni siquiera uno que realmente se parezca al de Jesús, que se supone sería el modelo de líder ideal para estos casos.
Cuando me importaba, siempre traté de combatir ese tipo de actitud, y no solo diciendo, sino haciendo. Muchos ancianos le tienen miedo a la confrontación, prefieren "llevar la fiesta en paz" callando e ignorando, a resolver problemas y diferencias. A mí el trabajo me enseñó que, si se respetan ciertas reglas, podemos "despedazarnos" intelectualmente en una conversación y, después, salir de ahí como dos personas que se estiman y aprecian justo por ser capaces de enfrentar ideas y no personas.
Y creo que justo el problema está en que se tiene en esos puestos de autoridad a personas que han tenido poca experiencia con el poder o al menos un ambiente laboral. Y que de repente les dan un "título", porque literalmente así lo ven y se "enferman" de poder con tan poquito. Entonces, yo sí creo que, en algunos aspectos de administración y comportamiento, las congregaciones y los nombrados, deberían aprender de lo que ocurre en una empresa.
¿A qué se refieren con manejar la congregación como una empresa? De acuerdo al contexto, lo contrastan con el amor, es decir, se refieren a la falta de amor o ser fríos, extremadamente estrictos, quizá como algunos mencionan, hacer negocios o sacar un beneficio de los miembros. Y claro, en todo eso estoy de acuerdo.
Sin embargo, aunque yo no uso el término empresa, sí continuamente aludo a la formalidad y al profesionalismo que el trabajo laboral me ha brindado. En las congregaciones hay mucho nombrado desorganizado (comenzando por el secretario, que se supone que no debería serlo), que es impuntual, que no se prepara para dar una asignación, que se toma cualquier crítica constructiva como algo personal. Incluso, piensen en cómo se ejerce el liderazgo en la congregación, y por ello me refiero a cómo se le dirige. Hay mucho capataz, el que se cree dueño por ser coordinador, el que quiere que todo se haga a su manera. El que dice y no hace. En fin, en mi localidad al menos, no hay verdadero liderazgo, ni siquiera uno que realmente se parezca al de Jesús, que se supone sería el modelo de líder ideal para estos casos.
Cuando me importaba, siempre traté de combatir ese tipo de actitud, y no solo diciendo, sino haciendo. Muchos ancianos le tienen miedo a la confrontación, prefieren "llevar la fiesta en paz" callando e ignorando, a resolver problemas y diferencias. A mí el trabajo me enseñó que, si se respetan ciertas reglas, podemos "despedazarnos" intelectualmente en una conversación y, después, salir de ahí como dos personas que se estiman y aprecian justo por ser capaces de enfrentar ideas y no personas.
Y creo que justo el problema está en que se tiene en esos puestos de autoridad a personas que han tenido poca experiencia con el poder o al menos un ambiente laboral. Y que de repente les dan un "título", porque literalmente así lo ven y se "enferman" de poder con tan poquito. Entonces, yo sí creo que, en algunos aspectos de administración y comportamiento, las congregaciones y los nombrados, deberían aprender de lo que ocurre en una empresa.
Are your convictions so fragile they cannot stand in opposition to mine?
Is your god so flimsy, so weak? For shame!
- Quills (2000)



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