[C.R. Rodríguez C.]

Yo comparto íntegramente los sentimientos y experiencias de Julian y @Ale Rubio. Me identifico plenamente con ambos.

Yo jamás le di todo a la WT e hice cosas por las que me hubieran hecho un comité judicial si lo hubieran sabido, cosas que me encargué que nunca las supieran.

Cuando perdía un amigo dentro de la secta, sufría porque no concebía que mi amigo hubiera hecho algo que la WT etiquetaba como malo o inicuo y ahora no podría comunicarme con él ni compartir tiempo con él. Pero obedecía siempre a regañadientes dichas directrices.

Había momentos, como menciona neo, eufóricos, pero no me sentía contento o feliz, porque la disonancia cognitiva que la secta crea en nosotros, me tenía en una constante disyuntiva, o como decía el tema de una canción hecha famosa por Alberto Cortés: NO SOY DE AQUÍ NI SOY DE ALLÁ ¡Así me sentía yo exactamente! Ni era del mundo ni de la WT, de hecho hay un texto bíblico que para mí, era mi salvoconducto para aliviar mi sentimiento de culpa: Eclesiastés 7:16-18.

Así que, ni fui feliz, pero tampoco fui infeliz dentro de la secta. Saludos desde Hermosillo, Sonora, México.