[Aimée]

Exactamente me pasa igual, Aimee.
No he conseguido comer morcilla con sangre. O sea, la he probado, pero siento una leve repugnancia que me impide disfrutarla, y ya llevo 8 años fuera!

Lo que sí estoy haciendo sin fallar es ir a votar. Y siempre me llevo a mi hijo para que se acostumbre.
Votar no soluciona gran cosa, lo reconozco. Pero me rebelo ante esos falsos eslóganes que nos vendieron de que "el hombre no puede gobernarse a sí mismo", o "Dios lo arreglará todo", o aquél de "no somos parte del mundo"...

Estamos en un serio atolladero como humanidad, pero no van a venir hadas ni duendes (y mucho menos jeovases de tres al cuarto) a solucionarnos la papeleta.

Así que, en mi opinión la política es lo único que podemos hacer.

Buen punto ese que tocas:

Cuando éramos testigos de Jehová no participábamos en las votaciones pero sí nos quejábamos de lo que estaba mal en nuestro país. Aunque no lo decíamos abiertamente, si expresabamos nuestro sentir con la familia o amigos cercanos, pero ¿Con qué cara hablábamos mal de lo que no nos parecía si no hacíamos nada para cambiar la situación de nuestro país?

Un tema por demás polémico, pero así como en el caso de la sangre, muchos tal vez no se sientan bien al ir a votar aunque ya no sean parte de la secta.

Gracias por tu comentario Palito, te mando un fuerte abrazo.