29 May, 2018, 07:04 AM
Kunta. Ese soy yo
En lugar de hacer una presentación al uso, permitidme que escriba lo que a mí más de duele, que tal vez no sea lo más doloroso que vosotros sintáis...
La postura de la Sociedad sobre los ‘estudios superiores’ es una mera mueca.
Cuando yo era joven, hacer una carrera en España siendo TJ era inimaginable. Nadie la hacía. Yo la hice – y algunos como yo -. La postura oficial era inexistente. En España no se había dado el caso… Eso eran cosas de países más desarrollados. La perplejidad no permitió tomar acción. No había precedentes… todo pasó casi desapercibido.
Con el tiempo, las carreras se popularizaron. Fueron la piel de Barrabás… Anatema sea quien la haga… Pero algunos ya la habíamos hecho. Mal que les pesase.
La tolerancia llegó con los 90’. Había que estar preparado. La Sociedad necesitaba gente preparada. Ciertas carreras eran tolerables…. Otras no servían para nada. Si elegías bien, bienvenido, pero si hacías carreras humanísticas o científicas, estabas perdiendo el tiempo. Un abogado podía servir, un delineante, también, pero…. ¿un historiador? ¿un biólogo? ¿un matemático?
Después vino ‘un cerrar filas’. No hay que estudiar en la Universidad nada… NA-DA.
Yo creí que todo iba a cambiar de verdad – a mayor endurecimiento, me refiero -, cuando oí en una reunión de ancianos – no recuerdo cuál, ni dónde ni a santo de qué – que habría que evaluar los requisitos en el caso de ancianos que ellos mismos o sus familias directas (esposa e hijos) iniciasen ‘estudios superiores’…
Desde entonces – y han pasado años – nada de nada. He visto como ancianos mayores (sí, sí más de cuarenta años) empezaban carreras por la UNED, he visto a hijos de ancianos marcharse a otras localidades a estudiar carreras, he visto mujeres de ancianos hacer ciclos formativos de grado superior para salir de casa y mejorar económicamente, yo mismo cursé cursos de doctorado a distancia (ya era titulado universitario), aunque no acabé el Tercer ciclo…
Nada de nada. No se tomó acción contra nadie… Afortunadamente.
Creo, de todas formas, que eso – como tantas cosas – va por barrios. Si te toca un cuerpo de ancianos férreo e intolerante, te llamarán la atención y al orden… Si te toca un grupo de pasotas – que los hay -, no harán nada… También depende del SC de turno. Los hay comprensivos y los hay chorlitos…
En estos últimos años, he visto, sorprendido, cómo algunos ancianos puristas aplicaban aquella antigua regla a sus compañeros en el cuerpo. No ha habido represalias hacia los estudiosos. Todo ha quedado en una mueca… “¡Hombre, ya sabemos… no es materialismo… no lo haces por prestigio… la congregación te sigue respetando…!”. Colegueo y amiguismo… hoy por ti y mañana por mí. No creo que se remueva a nadie porque sus hijos o ellos mismos vayan a la Universidad.
También depende de lo que hagas de forma paralela. Si vas mínimamente a predicar y a las reuniones, no te dirán nada. Pero, ¡ay del que descuide esas facetas del vivir ‘watch’!
También creo que muchos hemos aprendido a sobrevivir ‘guardando la ropa’, hasta cierto grado. Estamos, hacemos que estamos, cumplimos, incluso algo más de lo mínimo imprescindible, pero la verdadera vida está en el interior… y esa no nos la pueden quitar. Y, con el tiempo, puede que la situación personal cambie… Bueno, cambiará, sin duda. De una forma u otra, cambiará…
kunta
En lugar de hacer una presentación al uso, permitidme que escriba lo que a mí más de duele, que tal vez no sea lo más doloroso que vosotros sintáis...
La postura de la Sociedad sobre los ‘estudios superiores’ es una mera mueca.
Cuando yo era joven, hacer una carrera en España siendo TJ era inimaginable. Nadie la hacía. Yo la hice – y algunos como yo -. La postura oficial era inexistente. En España no se había dado el caso… Eso eran cosas de países más desarrollados. La perplejidad no permitió tomar acción. No había precedentes… todo pasó casi desapercibido.
Con el tiempo, las carreras se popularizaron. Fueron la piel de Barrabás… Anatema sea quien la haga… Pero algunos ya la habíamos hecho. Mal que les pesase.
La tolerancia llegó con los 90’. Había que estar preparado. La Sociedad necesitaba gente preparada. Ciertas carreras eran tolerables…. Otras no servían para nada. Si elegías bien, bienvenido, pero si hacías carreras humanísticas o científicas, estabas perdiendo el tiempo. Un abogado podía servir, un delineante, también, pero…. ¿un historiador? ¿un biólogo? ¿un matemático?
Después vino ‘un cerrar filas’. No hay que estudiar en la Universidad nada… NA-DA.
Yo creí que todo iba a cambiar de verdad – a mayor endurecimiento, me refiero -, cuando oí en una reunión de ancianos – no recuerdo cuál, ni dónde ni a santo de qué – que habría que evaluar los requisitos en el caso de ancianos que ellos mismos o sus familias directas (esposa e hijos) iniciasen ‘estudios superiores’…
Desde entonces – y han pasado años – nada de nada. He visto como ancianos mayores (sí, sí más de cuarenta años) empezaban carreras por la UNED, he visto a hijos de ancianos marcharse a otras localidades a estudiar carreras, he visto mujeres de ancianos hacer ciclos formativos de grado superior para salir de casa y mejorar económicamente, yo mismo cursé cursos de doctorado a distancia (ya era titulado universitario), aunque no acabé el Tercer ciclo…
Nada de nada. No se tomó acción contra nadie… Afortunadamente.
Creo, de todas formas, que eso – como tantas cosas – va por barrios. Si te toca un cuerpo de ancianos férreo e intolerante, te llamarán la atención y al orden… Si te toca un grupo de pasotas – que los hay -, no harán nada… También depende del SC de turno. Los hay comprensivos y los hay chorlitos…
En estos últimos años, he visto, sorprendido, cómo algunos ancianos puristas aplicaban aquella antigua regla a sus compañeros en el cuerpo. No ha habido represalias hacia los estudiosos. Todo ha quedado en una mueca… “¡Hombre, ya sabemos… no es materialismo… no lo haces por prestigio… la congregación te sigue respetando…!”. Colegueo y amiguismo… hoy por ti y mañana por mí. No creo que se remueva a nadie porque sus hijos o ellos mismos vayan a la Universidad.
También depende de lo que hagas de forma paralela. Si vas mínimamente a predicar y a las reuniones, no te dirán nada. Pero, ¡ay del que descuide esas facetas del vivir ‘watch’!
También creo que muchos hemos aprendido a sobrevivir ‘guardando la ropa’, hasta cierto grado. Estamos, hacemos que estamos, cumplimos, incluso algo más de lo mínimo imprescindible, pero la verdadera vida está en el interior… y esa no nos la pueden quitar. Y, con el tiempo, puede que la situación personal cambie… Bueno, cambiará, sin duda. De una forma u otra, cambiará…
kunta