Esto se escribió a un Circuito de México
Estimados hermanos:
Podrán ver que la finalidad de la carta adjunta es seguir la dirección del esclavo relacionada con el uso óptimo de los Salones del Reino y facilitar el trabajo de ustedes y el aporte de beneficios a los publicadores.
No deberán pasar por alto que algunos hermanos señalan que no se les pastorea y quizá sean casos relacionados con el hecho de que vivan fuera del territorio, además algunos de ustedes están asumiendo responsabilidades extras en el funcionamiento de la organización y otros podrán empezar asumir algunas en tanto se les vea muy ocupados en el ministerio y dando una atención indivisa a los publicadores de su congregación.
Considerando lo anterior y la carta adjunto, y en vista de que muchos publicadores se han sensibilizado a la necesidad de seguir la dirección del esclavo fiel y discreto hagan una lista de las familias y publicadores individuales que viven fuera de su territorio y háganles una visita de pastoreo animadora y razonen con ellos los beneficios que les aportará servir en la congregación correspondiente.
Desde luego queremos ser razonables y para explicarme sobre un caso así, les ilustro: imagine que una familia tiene a un miembro en silla de ruedas, el Salón del Reino al que asiste está cruzando la calle, pero el territorio donde vive lo trabaja una congregación que asiste a un Salón de Reino distante; siendo así sería desconsiderado de parte de los ancianos insinuar que se muden; pero no es el caso cuando hermanos solo están por cierto acomodo y no usan la facilidad que les da pertenecer a la congregación que trabaja su lugar de vivienda como mostrar celo predicando, haciendo revisitas e impartiendo cursos bíblicos.
Además que ustedes personalmente podrán más fácilmente hacer sus pastoreos correspondientes sin necesidad de invertir tiempo que podrán canalizar a la atención de su familia y a su servicio del campo personal.
Justo ese es el mensaje que el esclavo nos transmite con los videos alusivos a la gran tribulación y el más reciente que vimos en la asamblea regional pasada donde hasta el mismo coordinador del cuerpo de ancianos reconoció que se le hizo difícil acatar las disposiciones teocráticas además de la publicadora que estuvo intentando disuadir a toros a que fueran a donde se indica, mientras que la hermana mayor mostro lealtad a la organización.
Así que hermanos, ánimo y obediencia, que Jehová bendiga su trabajo. Hechos 15:31; 16:4.5. Entre los publicadores celosos encontrarán a algunos que para el momento del cambió estarán impartiendo cursos bíblicos; ayúdenlos a hacer la transición de maestros recomendándoles a publicadores capaces. Ahora bien, si ellos quieren continuar esos cursos bíblicos no les objeten, solo recomiéndenles que deben dirigir a los estudiantes progresivos a la congregación donde deben y que si es necesario ellos los acompañen a las reuniones algunas veces (esta sección entre paréntesis es para que ustedes la vean con detenimiento: recuerden que hacer esa recomendación evitará que se empiece el fenómeno de que cada uno va donde se le ocurre. Por otro lado comuníquense con los ancianos de las congregaciones que estén siendo fusionadas (algunas serán de otro circuito) para que no les envíen publicadores que no vivan dentro de su territorio.
Sugiéranles a ellos que los envíen a donde les corresponde. Recuerden que en la visita pasada el viajante consideró con ustedes Hechos 20:28 de manera que damos guía a todo el rebaño. Tomen en cuenta que nuestro papel implica guiar al pueblo no dejarlo a la deriva. Jueces 21:25, 17:6; 1 Sam 9:17. Consideren las referencias que les reproduzco.
km 11/02 pág 7 ▪ ¿Cuáles son las ventajas de asistir a la congregación que atiende el territorio donde vivimos?
En la congregación recibimos ánimo que nos ‘incita al amor y a las obras excelentes’ (Heb. 10:24, 25). Allí aprendemos la verdad y se nos prepara para desempeñar nuestra comisión de hacer discípulos (Mat. 28:19, 20). También se nos fortalece para mantenernos fieles ante las pruebas, y tenemos a nuestra disposición superintendentes amorosos que nos ayudan a combatir las presiones e inquietudes cada vez mayores. Está claro, pues, que la congregación es esencial para sobrevivir en sentido espiritual. Ahora bien, ¿hay ventajas en asistir a la congregación que atiende el territorio donde vivimos?
Las circunstancias personales varían en cada caso, y en la decisión final que adoptemos al respecto pudieran influir factores como el empleo, un cónyuge incrédulo o el transporte. Con todo, existen claras ventajas espirituales y de otra índole cuando alguien pertenece a la congregación en cuyo territorio vive, como por ejemplo, la mayor rapidez con la que los ancianos tal vez se comuniquen con los publicadores ante una emergencia (en “La caja de preguntas” de mayo de 1991, octubre de 1978 y febrero de 1967 se destacaron más ventajas al respecto).
Por lo general, resulta más conveniente asistir a las reuniones que se celebran cerca de nuestro hogar, pues podemos llegar temprano y conversar con los demás, atender ciertos asuntos importantes y estar presentes en el cántico y la oración de apertura. Además, si las personas recién interesadas viven en nuestro vecindario, nos suele resultar más fácil visitarlas, dirigir un estudio bíblico e invitarlas a las reuniones que más les convengan.
Estamos seguros de que los cabezas de familia analizarán con oración este asunto, sopesando todos los factores a fin de tomar la mejor decisión para el bienestar espiritual y físico de la familia (1 Tim. 5:8).
● km 5/91 pág 7 ¿Por qué se recomienda que los publicadores se asocien con la congregación a la que pertenece el territorio donde viven?
Es importante hacer las cosas de manera ordenada y teocrática. El apóstol Pablo escribió: “Porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz. [...] Que todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo”. (1 Cor. 14:33, 40.)
Aunque puede que haya algunas excepciones debido a problemas de transporte, horario del empleo seglar, o que se necesite ayuda en cuanto a superintendencia, por lo general es mejor asistir a la congregación en cuyo territorio vivimos. Eso facilita el servicio del campo, pues no hay que viajar grandes distancias para predicar con un grupo fuera de nuestro vecindario. Hará más conveniente el trabajar con otros en la congregación y dirigir a las personas que muestren interés a las reuniones que queden más cerca de su hogar. Además, podremos estar en contacto estrecho con hermanos y hermanas del área en que vivimos, quienes pueden ayudarnos en momentos de necesidad.
Si trabajamos en conformidad con el arreglo establecido mostraremos que mantenemos los intereses del Reino en primer lugar. (Luc. 16:10.) Cuando se forma una nueva congregación, o se reorganizan los Estudios de Libro de Congregación, puede que prefiramos quedarnos con ciertos hermanos. Pero si aceptamos el nuevo arreglo podremos conocer mejor a otros hermanos y ensanchar nuestro círculo de amistades teocráticas. Además, les resulta más fácil a los ancianos pastorear el rebaño y mejorar la condición espiritual de la congregación cuando los publicadores viven dentro del territorio de la congregación con la que se asocian.
km 10/78 pág 3 Tal vez ellos (los ancianos) sepan de algunas ventajas que hayan pasado inadvertidas que la familia recibiría si asistiera a la congregación en cuyo territorio vive. A menudo es más fácil para la congregación que tiene el territorio prestar ayuda amorosa. Y el hogar de la familia pudiera usarse como una ubicación para el estudio de libro dentro de la congregación que tiene el territorio.
En zonas metropolitanas, a menudo hay un gran número de congregaciones ubicadas en una zona concentrada. Pudiera haber varias razones por las cuales los ancianos quizás decidan que se adelantarían los intereses de la obra transfiriendo a algunos publicadores a otra congregación. Por ejemplo, quizás haya algunos ajustes en el territorio con relación a la formación de una nueva congregación, o para dar territorio adicional a una congregación que trabaja a menudo su asignación, o para fortalecer a una congregación que tenga pocos publicadores o hermanos maduros que tomen la delantera. Los ancianos de cada congregación pueden bosquejar lo que les parezca aconsejable y pedir que cada familia afectada lo tome en cuenta. En muchos casos, probablemente no haya dificultades en hacer los ajustes que se sugieren. De nuevo, cada cabeza de familia tendrá que ponderar todos los factores a decidir si hará tal cambio. Lo mismo sería cierto de los ancianos, siervos ministeriales o precursores a los que se les pidiera que se cambiaran a otra parte para ayudar a una congregación que necesite ayuda. (Vea “La caja de preguntas” en el Ministerio del Reino de abril de 1973.
Jack