26 Oct, 2018, 07:36 AM
Es bien sabido cuál es la postura de la JWOrg con relación a la posición que tiene la mujer en cuanto a sus privilegios y responsabilidades dentro de la congregación y el ministerio. Mientras que a los “varones” se les anima a que alcancen diversos privilegios, a las mujeres se les niegan por el simple hecho de ser del género femenino. Y no solamente en la realidad de la JWOrg sucede esto, también en la mayoría de las religiones cristianas conservadoras y fundamentalistas donde aplican estrictmaente la interpretación bíblica sobre la posición de la mujer. Si nos remitimos a los escritos bíblicos (aunque yo en lo personal no crea en la biblia, no se me impide citar de ella), se indican varias cosas interesantes que quiero puntualizar en este escrito.
La primera es que la mujer en tiempos de las Escrituras Hebreoarameas (según la WT) o Antiguo Testamento, se le representa con varios estereotipos: 1) de la mejer bella, que utiliza sus encantos para seducir a los hombres y causarles alguna calamidad (por ejemplo, Génesis 6 y Proverbios 7); 2) de concubina, como un medio con fines reproductivos (Agar, Rebeca, las hijas de Lot); 3) que no demuestra sabiduría y que hace tropezar a los hombres (Eva, la esposa de Lot, Dalila, Jezabel, la esposa de Potifar, la esposa de Job, etc.); una ayudante que demuestra sabiduría para beneficio del hombre (Rahab, Ruth y Abigaíl); 4) de heroína (Jael y Esther); 5) de esclava u objeto para lograr algún propósito que beneficie a los intereses del género masculino adicional al sexual y reproductivo (la hija de Jefté, la mujer que fue mutilada en el libro de los Jueces, o como motín de guerra) y; 6) como un ser humilde, pobre y abnegado (Ruth, la viuda de Sarepta, Ana). Con todo esta caudal de información y reinterpretación androcéntrica del AT, se llega a la conclusión de que efectivamente la mujer no tenía una posición de igualdad, equidad ni de justicia de acuerdo a su género (Ogden, 1994) . Y de esto, hay mucho discurso apologista que hace ver que la mujer era muy valorada en el AT, pero es más denso el discurso machista que socava a la feminista inexistente en la biblia.
Sin embargo, para el discurso escrito en el Nuevo Testamento, que es el segundo punto, la cosa cambia un poco. La mujer en tiempos tempranos del cristianismo tenía una participación activa en las primeras congregaciones. Tenemos el caso de Junias (Rom. 16:7), que era prominente entre los apóstoles. Y no, no era hombre, era mujer, ya que ha habido debates y estudios que han establecido que efectivamente era una mujer prominente (Burer y Wallace, 2001). Otro caso lo tenemos con Febe (Rom. 16:1,2) donde se dice que era ministra o diácono y que llegó a ser defensora de Pablo. Prisca o Priscila, fue también una mujer que asumió un papel de liderazgo en este periodo. Con su esposo Áquila, ella presidía una congregación en su casa en Éfeso; en las seis ocasiones en la que se le menciona, primero se da el nombre de ella y luego la de su esposo, lo cual sugiere que tenía un papel más activo que la de su pareja. Incluso se hace mención de los casos de Lidia, María, Ninfa y Cloe, cuyas casas fueron utilizadas para reuniones de las primeras congregaciones. Tenemos el caso de las cuatro hijas de Felipe el evangelista, que eran profetisas (Hec. 21:8,9). Algunos escritos apócrifos y de tradición (Exposiciones de los dichos del Señor de Papías y Hechos de Pablo y Tecla) hacen mención también de la participación activa de la mujer en la congregacion cristiana primitiva.
Pero, no todo en la vida es de color de rosa. Si analizamos bien el discurso del NT, encontramos muchos referentes a quisieron reducir el papel activo de la mujer y menospreciarla a la manera del cristianismo primitivo, con el fin de no atentar contra el llamado “orden natural” establecido en el judaísmo y de una forma u otra introducirlo en la doctrina cristiana. Ese orden natural lo encontramos en las palabras de Pablo al hacer alusión a las “cabezas” de ese “orden”: la mujer tiene a su cabeza el varón, el varón a Jesucristo, y Jesucristo a Dios (1 Cor. 11:3-10,14,15). Pablo hace una referencia con relación a cubrirse la cabeza, que es para mantener este “orden” debido a que en la antigüedad se consideraba el cabello de la mujer como un órgano sexual que cooperaba con sus órganos internos en la reproducción y a la vez era sexualmente atractivo, tanto así que posiblemente Pablo tenía en mente lo que le pasó a los ángeles en Genesis 6.
Luego, en las cartas de Timoteo, encontramos otras declaraciones contradictorias al papel activo de la mujer en el cristianismo primitivo. En 1 Tim. 2:11-15, que es un texto muy citado por la JWOrg para apoyar sus políticas misóginas en relación a su subordinación dentro de la congregación, específicamente con relación a la enseñanza. Entra tanto, algunas porciones de Timoteo fueron escritas principalmente para establecer el orden de las congregaciones y definir la ortodoxia que rechazaba las prácticas y creencias del llamado Gnosticismo entre los judíos y cristianos, que por esos tiempos estaba imperando como una filosofía popular.
Por ejemplo, en 1 Tim 1:3,4 se le dice a Timoteo que se quede en Éfeso para “insistir a que ciertos individuos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a cuentos falsos ni a genealogías que terminan en nada”, y en 1 Tim 6:20, “apartándote de las vanas palabrerías…del falsamente llamado conocimiento” (gnosis). 1Tim 1:8 dice que “sabemos que la ley es excelente”, contrario a la visión que tenían los gnósticos de que la ley fue inventada por el Demiurgo (entidad gnóstica impusora del universo) para esclavizar a Israel. 1Tim 4:3 dice que “prohibirán casarse”, haciendo alusión a la doctrina gnóstica de que el matrimonio es malo. Incluso en 1Tim 2:13-15, se instruye a las mujeres a permanecer en silencio porque Eva fue engañada y se da una referencia sobre “el tener hijos”, lo cual era entendible para el contexto gnóstico, a saber, de que Eva fue quien recibió el conocimiento (gnosis) sobre la verdad revelada acerca de lo que la realidad es y que esta gnosis fue trasmitida a Adan, poniendo a la mujer un una posición principal. Pero el escritor de Timoteo define la posición secundaria de la mujer al decir “Adán fue formado primero, luego Eva”, y que fue seducida y engañada por la serpiente. La frase “a ella se le mantendrá en seguridad mediante el tener hijos”, en el contexto gnóstico se creía que tener hijos era malo. ¿Por qué el autor de Timoteo le importaba bastante las “historias que las viejas cuentan”, y de las viudas de menos edad que “eran chismosas y se entrometían en asuntos ajenos, hablando cosas que no debían?” (1Tim. 4:7 y 5:13). El hecho de que el autor de Timoteo pasara mucho tiempo y esfuerzo en instruir a las mujeres cristianas a permanecer en silencio no sería en vano si el objetivo era cambiar un comportamiento que existía. Así que de acuerdo a esta interpretación, las mujeres en las primeras congregaciones eran activas y enseñaban (Hodgin, 1991; Meyers, Craven, Kreamer, 2000). Por último se puede agregar que en Éfeso en el siglo I surgió un movimiento de emancipación femenina por cultos mistéricos de la diosa Artemis.
Como conclusión, estas ideologías que se han ido heredando en las instituciones religiosas cristianas tienen un origen misógino y androcentrista, que bien pueden ir desapareciendo en algunas latitudes religiosas a medida que avancen las transformaciones sociales, pero que difícilmente se pueden eliminar en su totalidad dentro de los dogmas y creencias de la JWOrg. Yo en lo personal estoy inconforme (y fue una de las tantas razones por las que empecé a dudar de la WT) sobre el papel y la posición que se le ha dado a la mujer en la JWOrg, que no es de igualdad, sino de sumisión.
PD:
Hace algunos años participé en un taller sobre enfoque de género en los cuales se analizaba el tema de lo femenino a través de la historia. Algunos exponentes enfatizaban cómo en la historia, a partir de los conceptos establecidos como la política, economía y la religión (contada desde la perspectiva masculina) hacía ver a la mujer de maneras diferentes: como una “loca” (por ejemplo, la etimología de la palabra histeria hysteron significa útero); como una “bruja” (por el conocimiento de la naturaleza); y como “ramera” (la falsa creencia de que el deseo sexual es mayor e incontrolable en la mujer). De lo de “bruja”, llama la atención que el estereotipo original se remonta hacia el año 1400 y se le consideraba a la mujer que no se “resignaba a ser esposa y madre sumisa, como lo requería la estructura jerárquica patriarcal; cuando el hombre fracasaba en la tarea de domesticación intervenía la Inquisición” (Bigalli, 2006) Se pueden consultar los siguientes textos para mayor información si les interesa los estudios del feminismo:
Federici, S. (2010). Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva. Madrid: Traficantes de Sueños. https://www.traficantes.net/sites/defaul...ja-TdS.pdf
Lagarde, M. (2005). Los cautiverios de las mujeres: maderesposas, monjas, p…, presas y locas. Universidad Nacional Autónoma de México.
Sauzo, R. (2018) . Víboras, p…., brujas. Una historia de la demonización de la mujer desde Eva hasta la Quintrala. Editorial Planeta.
Referencias.
Bigalli, C. (2006). El Malleus Maleficarum. Subjetividad y procesoss cognitivos. UCES, 92.114. Consultado en https://dialnet.unirioja.es/descarga/art...785101.pdf
Burer, M. & Wallace, D. (2001). Was Junia Really an Apostle? A Re-examination of Rom 16.7, New Testament Studies, 47, 76-91.
Hodgin, S. (1991). Paul, Women Teachers, and the Mother Goddess at Ephesus. A Study of 1 Timothy 2:9-15 in Light of The Religious and Cultural Milieu of The First Century. University Press of America.
Meyers, C., Craven, T., Kreamer, R. (2000) Women in Scripture: A Dictionary of Named and Unnamed Women in the Hebrew Bible, the Apocryphal/Deuterocanonical Books and the New Testament. HMH.
Ogden, A. (1994). Helpmates, Harlots, and Heroes: Women´s Stories in the Hebrew Bible. Lousville: Westminster/John Knox Press.
La primera es que la mujer en tiempos de las Escrituras Hebreoarameas (según la WT) o Antiguo Testamento, se le representa con varios estereotipos: 1) de la mejer bella, que utiliza sus encantos para seducir a los hombres y causarles alguna calamidad (por ejemplo, Génesis 6 y Proverbios 7); 2) de concubina, como un medio con fines reproductivos (Agar, Rebeca, las hijas de Lot); 3) que no demuestra sabiduría y que hace tropezar a los hombres (Eva, la esposa de Lot, Dalila, Jezabel, la esposa de Potifar, la esposa de Job, etc.); una ayudante que demuestra sabiduría para beneficio del hombre (Rahab, Ruth y Abigaíl); 4) de heroína (Jael y Esther); 5) de esclava u objeto para lograr algún propósito que beneficie a los intereses del género masculino adicional al sexual y reproductivo (la hija de Jefté, la mujer que fue mutilada en el libro de los Jueces, o como motín de guerra) y; 6) como un ser humilde, pobre y abnegado (Ruth, la viuda de Sarepta, Ana). Con todo esta caudal de información y reinterpretación androcéntrica del AT, se llega a la conclusión de que efectivamente la mujer no tenía una posición de igualdad, equidad ni de justicia de acuerdo a su género (Ogden, 1994) . Y de esto, hay mucho discurso apologista que hace ver que la mujer era muy valorada en el AT, pero es más denso el discurso machista que socava a la feminista inexistente en la biblia.
Sin embargo, para el discurso escrito en el Nuevo Testamento, que es el segundo punto, la cosa cambia un poco. La mujer en tiempos tempranos del cristianismo tenía una participación activa en las primeras congregaciones. Tenemos el caso de Junias (Rom. 16:7), que era prominente entre los apóstoles. Y no, no era hombre, era mujer, ya que ha habido debates y estudios que han establecido que efectivamente era una mujer prominente (Burer y Wallace, 2001). Otro caso lo tenemos con Febe (Rom. 16:1,2) donde se dice que era ministra o diácono y que llegó a ser defensora de Pablo. Prisca o Priscila, fue también una mujer que asumió un papel de liderazgo en este periodo. Con su esposo Áquila, ella presidía una congregación en su casa en Éfeso; en las seis ocasiones en la que se le menciona, primero se da el nombre de ella y luego la de su esposo, lo cual sugiere que tenía un papel más activo que la de su pareja. Incluso se hace mención de los casos de Lidia, María, Ninfa y Cloe, cuyas casas fueron utilizadas para reuniones de las primeras congregaciones. Tenemos el caso de las cuatro hijas de Felipe el evangelista, que eran profetisas (Hec. 21:8,9). Algunos escritos apócrifos y de tradición (Exposiciones de los dichos del Señor de Papías y Hechos de Pablo y Tecla) hacen mención también de la participación activa de la mujer en la congregacion cristiana primitiva.
Pero, no todo en la vida es de color de rosa. Si analizamos bien el discurso del NT, encontramos muchos referentes a quisieron reducir el papel activo de la mujer y menospreciarla a la manera del cristianismo primitivo, con el fin de no atentar contra el llamado “orden natural” establecido en el judaísmo y de una forma u otra introducirlo en la doctrina cristiana. Ese orden natural lo encontramos en las palabras de Pablo al hacer alusión a las “cabezas” de ese “orden”: la mujer tiene a su cabeza el varón, el varón a Jesucristo, y Jesucristo a Dios (1 Cor. 11:3-10,14,15). Pablo hace una referencia con relación a cubrirse la cabeza, que es para mantener este “orden” debido a que en la antigüedad se consideraba el cabello de la mujer como un órgano sexual que cooperaba con sus órganos internos en la reproducción y a la vez era sexualmente atractivo, tanto así que posiblemente Pablo tenía en mente lo que le pasó a los ángeles en Genesis 6.
Luego, en las cartas de Timoteo, encontramos otras declaraciones contradictorias al papel activo de la mujer en el cristianismo primitivo. En 1 Tim. 2:11-15, que es un texto muy citado por la JWOrg para apoyar sus políticas misóginas en relación a su subordinación dentro de la congregación, específicamente con relación a la enseñanza. Entra tanto, algunas porciones de Timoteo fueron escritas principalmente para establecer el orden de las congregaciones y definir la ortodoxia que rechazaba las prácticas y creencias del llamado Gnosticismo entre los judíos y cristianos, que por esos tiempos estaba imperando como una filosofía popular.
Por ejemplo, en 1 Tim 1:3,4 se le dice a Timoteo que se quede en Éfeso para “insistir a que ciertos individuos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a cuentos falsos ni a genealogías que terminan en nada”, y en 1 Tim 6:20, “apartándote de las vanas palabrerías…del falsamente llamado conocimiento” (gnosis). 1Tim 1:8 dice que “sabemos que la ley es excelente”, contrario a la visión que tenían los gnósticos de que la ley fue inventada por el Demiurgo (entidad gnóstica impusora del universo) para esclavizar a Israel. 1Tim 4:3 dice que “prohibirán casarse”, haciendo alusión a la doctrina gnóstica de que el matrimonio es malo. Incluso en 1Tim 2:13-15, se instruye a las mujeres a permanecer en silencio porque Eva fue engañada y se da una referencia sobre “el tener hijos”, lo cual era entendible para el contexto gnóstico, a saber, de que Eva fue quien recibió el conocimiento (gnosis) sobre la verdad revelada acerca de lo que la realidad es y que esta gnosis fue trasmitida a Adan, poniendo a la mujer un una posición principal. Pero el escritor de Timoteo define la posición secundaria de la mujer al decir “Adán fue formado primero, luego Eva”, y que fue seducida y engañada por la serpiente. La frase “a ella se le mantendrá en seguridad mediante el tener hijos”, en el contexto gnóstico se creía que tener hijos era malo. ¿Por qué el autor de Timoteo le importaba bastante las “historias que las viejas cuentan”, y de las viudas de menos edad que “eran chismosas y se entrometían en asuntos ajenos, hablando cosas que no debían?” (1Tim. 4:7 y 5:13). El hecho de que el autor de Timoteo pasara mucho tiempo y esfuerzo en instruir a las mujeres cristianas a permanecer en silencio no sería en vano si el objetivo era cambiar un comportamiento que existía. Así que de acuerdo a esta interpretación, las mujeres en las primeras congregaciones eran activas y enseñaban (Hodgin, 1991; Meyers, Craven, Kreamer, 2000). Por último se puede agregar que en Éfeso en el siglo I surgió un movimiento de emancipación femenina por cultos mistéricos de la diosa Artemis.
Como conclusión, estas ideologías que se han ido heredando en las instituciones religiosas cristianas tienen un origen misógino y androcentrista, que bien pueden ir desapareciendo en algunas latitudes religiosas a medida que avancen las transformaciones sociales, pero que difícilmente se pueden eliminar en su totalidad dentro de los dogmas y creencias de la JWOrg. Yo en lo personal estoy inconforme (y fue una de las tantas razones por las que empecé a dudar de la WT) sobre el papel y la posición que se le ha dado a la mujer en la JWOrg, que no es de igualdad, sino de sumisión.
PD:
Hace algunos años participé en un taller sobre enfoque de género en los cuales se analizaba el tema de lo femenino a través de la historia. Algunos exponentes enfatizaban cómo en la historia, a partir de los conceptos establecidos como la política, economía y la religión (contada desde la perspectiva masculina) hacía ver a la mujer de maneras diferentes: como una “loca” (por ejemplo, la etimología de la palabra histeria hysteron significa útero); como una “bruja” (por el conocimiento de la naturaleza); y como “ramera” (la falsa creencia de que el deseo sexual es mayor e incontrolable en la mujer). De lo de “bruja”, llama la atención que el estereotipo original se remonta hacia el año 1400 y se le consideraba a la mujer que no se “resignaba a ser esposa y madre sumisa, como lo requería la estructura jerárquica patriarcal; cuando el hombre fracasaba en la tarea de domesticación intervenía la Inquisición” (Bigalli, 2006) Se pueden consultar los siguientes textos para mayor información si les interesa los estudios del feminismo:
Federici, S. (2010). Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva. Madrid: Traficantes de Sueños. https://www.traficantes.net/sites/defaul...ja-TdS.pdf
Lagarde, M. (2005). Los cautiverios de las mujeres: maderesposas, monjas, p…, presas y locas. Universidad Nacional Autónoma de México.
Sauzo, R. (2018) . Víboras, p…., brujas. Una historia de la demonización de la mujer desde Eva hasta la Quintrala. Editorial Planeta.
Referencias.
Bigalli, C. (2006). El Malleus Maleficarum. Subjetividad y procesoss cognitivos. UCES, 92.114. Consultado en https://dialnet.unirioja.es/descarga/art...785101.pdf
Burer, M. & Wallace, D. (2001). Was Junia Really an Apostle? A Re-examination of Rom 16.7, New Testament Studies, 47, 76-91.
Hodgin, S. (1991). Paul, Women Teachers, and the Mother Goddess at Ephesus. A Study of 1 Timothy 2:9-15 in Light of The Religious and Cultural Milieu of The First Century. University Press of America.
Meyers, C., Craven, T., Kreamer, R. (2000) Women in Scripture: A Dictionary of Named and Unnamed Women in the Hebrew Bible, the Apocryphal/Deuterocanonical Books and the New Testament. HMH.
Ogden, A. (1994). Helpmates, Harlots, and Heroes: Women´s Stories in the Hebrew Bible. Lousville: Westminster/John Knox Press.
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