20 Apr, 2022, 10:38 PM
Estoy con un amigo al que estoy mostrando un complicado puzzle que él dice que es capaz de resolver en una hora o menos. Le digo que es imposible pero él insiste y apostamos: yo a que no lo resolverá él a que sí.
Se pone manos a la obra pero llega mi hermanito que empieza a importunarlo colgándose de su cuello, tirándole del pelo o dándole besos mojados y pegajosos sin que yo intervenga. Mi amigo dice que en esas condiciones no podrá concentrarse pero yo digo con desfachatez que perdió.
Según la interpretación bíblica del "esclavo", cuando el hombre fue expulsado del paraíso hubo una especie de apuesta entre los descendientes de Adán y Jehová. Los hombres deseaban autogobernarse pero Dios los objetaba diciendo que no fueron creados con esa capacidad.
—Bueno, dejemos que pase el tiempo y veremos los resultados— fue la decisión tomada en el cielo. La deidad estaba segura de que la autogobernanza humana terminaría en un fracaso, como realmente resultó ser.
Pero el desarrollo de la apuesta no fue muy honrado ya que apareció el hermanito molestoso que resultó ser Satanás. El hombre no puede demostrar que realmente es capaz de tomar las riendas de su propio destino porque está constantemente siendo incordiando, tentado, engañado, burlado, estafado etc. por el demonio. Jehová tampoco puede cantar victoria después de estos miles de años del experimento porque la humanidad no está libre de estorbos ajenos a él. ¿O si?
Se pone manos a la obra pero llega mi hermanito que empieza a importunarlo colgándose de su cuello, tirándole del pelo o dándole besos mojados y pegajosos sin que yo intervenga. Mi amigo dice que en esas condiciones no podrá concentrarse pero yo digo con desfachatez que perdió.
Según la interpretación bíblica del "esclavo", cuando el hombre fue expulsado del paraíso hubo una especie de apuesta entre los descendientes de Adán y Jehová. Los hombres deseaban autogobernarse pero Dios los objetaba diciendo que no fueron creados con esa capacidad.
—Bueno, dejemos que pase el tiempo y veremos los resultados— fue la decisión tomada en el cielo. La deidad estaba segura de que la autogobernanza humana terminaría en un fracaso, como realmente resultó ser.
Pero el desarrollo de la apuesta no fue muy honrado ya que apareció el hermanito molestoso que resultó ser Satanás. El hombre no puede demostrar que realmente es capaz de tomar las riendas de su propio destino porque está constantemente siendo incordiando, tentado, engañado, burlado, estafado etc. por el demonio. Jehová tampoco puede cantar victoria después de estos miles de años del experimento porque la humanidad no está libre de estorbos ajenos a él. ¿O si?