02 Nov, 2023, 12:44 AM
Durante años conservamos en casa una gran colección de Talayas y Despertades en el librero, tanto volúmenes como ejemplares sueltos de esa basura, aunque de nulo provecho me es más interesante hojear y ver de viva página que abrir la biblioteca en línea, las imágenes me transportaban a las épocas en que los artículos fueron escritos, pues muchas revistas mostraban ilustraciones que concebían la sociedad americana de esos tiempos.
Recordando eso, es divertido ver en retrospectiva el miedo aterrador que la WT tenía a que el heavy metal y el gansta rap influenciara a las generaciones de los 80 y 90, apelando a su recurso más conocido pero efectivo: el espíritu del mundo. Les gustaba recalcar que los cantantes de Rock y Rap eran drogadictos o satánicos, o delincuentes, y que por ende su público también lo era. Fue una época difícil para los adolescentes testigos que querían seguir la moda pero era casi imposible que sus padres no se dieran cuenta a la menor pista que el mundo de satanás los estaba influenciado y tomaran medidas, los padres mojigatos relacionaban la música de estos géneros con la promiscuidad sexual, con el sida, las drogas y la delincuencia, para un padre cristiano era inadmisible que sus hijos fueran a un concierto de rock, o que usaran la ropa holgada estilo Snoop Dogg o Ice Cube; y qué decir del peligro de que te encontraran un disco o casete en tu cuarto con esa música satánica.
Pero los tiempos cambian, el mundo evoluciona, y ¿Qué podemos decir de estos tiempos, de la música y los TJ? Atrás quedó el rock, el hip hop y el rap, se ha eregido un enemigo más poderoso y sigiloso: la música Urbana. Obviamente al hablar de música Urbana se nos viene a la mente el Reggaeton, género que por cierto durante sus primeras etapas de evolución de reggae en español, pasando al undergeound tuvo que atravesar la fuerte censura del gobierno, eran tiempos donde en Puerto Rico los policías te detenían y cateaban por el hecho de tener sonando un disco de DJ Negro o DJ playero en tu automóvil (esas producciones no eran distribuidas por disqueras oficiales, todo se grababa en estudios clandestinos y se vendían ilegalmente).
El reggaeton enfrentó una larga batalla por establecerse y sobrevivir, cuando por los años 2004/2005 surge el mega palo internacional: La Gasolina, de Daddy Yankee, su disco Barrio Fino vendió 3 millones de copias en ese entonces, todo un hito para un género que no lograba despegar de la isla, esto abrió la puerta a otros países y prácticamente legalizó el reggaeton. Pero bueno no es mi intención contar la historia del reggaeton, más bien es solo la antesala para lo que realmente importa: las disqueras grandes comenzaron a fijarse en los artistas del género urbano, grandes del negocio como Universal Músic, Warner, Sony, vieron el potencial del negocio y ficharon a las estrellas más prometedoras de su tiempo, a la vez iba avanzando la globalización y la expansión de la música, comenzaba a hacerse famosa una tal plataforma llamada YouTube, y fue por esos entonces cuando se establecieron algunos "juntes" o colaboraciones que tenían como objetivo conquistar mercados, artistas estadounidenses grabaron con reggaetoneros, y luego grandes del pop en español como Enrique Iglesias, Ricky Martin, Chayanne entre otros hicieron lo mismo.
Pero aquel hombre que logró atraer la atención del mundo a Puerto Rico, Daddy Yankee, lo volvió a lograr por segunda vez, es de esas cosas que es imposible que pasen dos veces en la vida y sin embargo lo logró: DESPACITO, ¿Quien no ha escuchado esa canción? Un junte entre Daddy Yankee y Luis Fonsi, que no es exactamente un reggaeton pero tampoco un pop, es algo bailable, pegajoso, raya en lo sensual pero no es liricalmente explícito como usualmente se esperaba de los reggaetoneros, esa canción rompió las barreras y las fronteras, dos latinos hacían de una canción la más escuchada en todo el mundo, al grado de que hasta la fecha es el vídeo más visto en toda la historia de YouTube.
Esto da paso al siguiente nivel, los artistas reconocidos ya no solo colaboraban con artistas urbanos, sino que ellos mismos incursionaron en el género urbano. Prácticamente no existe cantante latino que no haya experimentado con lo pegajoso y movidos que son los ritmos y letras urbanas: Fonsi, Shakira, Carlos Vives, Thalia, los ya mencionados Chayanne, Enrique Iglesias, Juanes... La lista es interminable. Así que si hace 15 años un TJ veía aceptable escuchar artistas de pop o ir a sus conciertos, ahora se enfrenta al hecho de que sus músicos aceptables se han urbanizado, y repiten la fórmula musical del corito pegajoso con ritmo movido.
Curiosamente la organización WT no se ha pronunciado específicamente sobre el género urbano, aunque sabemos que detestan el reggaeton, pero es que a estas alturas hay canciones que si bien parecen reggeatón al final no lo son, y es ahí donde entra la polémica, en las reuniones sociales, sobre si poner o no cierta canción, de si será o no correcta descargarla en Spotify, de si Diosito se enojará o no si la busco en Youtube como si de navegar en pornhub se tratara.
Por eso, considero que la música Urbana es un nuevo enemigo de la WT, artistas a los que no pueden criticar apelando a los viejos argumentos de los años 80 y 90 respecto a la vestimenta, a las letras explícitas, o a su conducta, pero no terminan por aceptarlos por los ritmos pegajosos que invitan a mover el cuerpo más de lo normal. Desafortunadamente la WT va perdiendo, no es necesario que nuestros jóvenes se vistan de manera particular para escuchar los géneros de moda, y gracias al celulares las plataformas musicales y los audífonos es imposible que un padre testigo tenga total control de lo que sus hijos consumen, y eso a la WT le molesta.
Recordando eso, es divertido ver en retrospectiva el miedo aterrador que la WT tenía a que el heavy metal y el gansta rap influenciara a las generaciones de los 80 y 90, apelando a su recurso más conocido pero efectivo: el espíritu del mundo. Les gustaba recalcar que los cantantes de Rock y Rap eran drogadictos o satánicos, o delincuentes, y que por ende su público también lo era. Fue una época difícil para los adolescentes testigos que querían seguir la moda pero era casi imposible que sus padres no se dieran cuenta a la menor pista que el mundo de satanás los estaba influenciado y tomaran medidas, los padres mojigatos relacionaban la música de estos géneros con la promiscuidad sexual, con el sida, las drogas y la delincuencia, para un padre cristiano era inadmisible que sus hijos fueran a un concierto de rock, o que usaran la ropa holgada estilo Snoop Dogg o Ice Cube; y qué decir del peligro de que te encontraran un disco o casete en tu cuarto con esa música satánica.
Pero los tiempos cambian, el mundo evoluciona, y ¿Qué podemos decir de estos tiempos, de la música y los TJ? Atrás quedó el rock, el hip hop y el rap, se ha eregido un enemigo más poderoso y sigiloso: la música Urbana. Obviamente al hablar de música Urbana se nos viene a la mente el Reggaeton, género que por cierto durante sus primeras etapas de evolución de reggae en español, pasando al undergeound tuvo que atravesar la fuerte censura del gobierno, eran tiempos donde en Puerto Rico los policías te detenían y cateaban por el hecho de tener sonando un disco de DJ Negro o DJ playero en tu automóvil (esas producciones no eran distribuidas por disqueras oficiales, todo se grababa en estudios clandestinos y se vendían ilegalmente).
El reggaeton enfrentó una larga batalla por establecerse y sobrevivir, cuando por los años 2004/2005 surge el mega palo internacional: La Gasolina, de Daddy Yankee, su disco Barrio Fino vendió 3 millones de copias en ese entonces, todo un hito para un género que no lograba despegar de la isla, esto abrió la puerta a otros países y prácticamente legalizó el reggaeton. Pero bueno no es mi intención contar la historia del reggaeton, más bien es solo la antesala para lo que realmente importa: las disqueras grandes comenzaron a fijarse en los artistas del género urbano, grandes del negocio como Universal Músic, Warner, Sony, vieron el potencial del negocio y ficharon a las estrellas más prometedoras de su tiempo, a la vez iba avanzando la globalización y la expansión de la música, comenzaba a hacerse famosa una tal plataforma llamada YouTube, y fue por esos entonces cuando se establecieron algunos "juntes" o colaboraciones que tenían como objetivo conquistar mercados, artistas estadounidenses grabaron con reggaetoneros, y luego grandes del pop en español como Enrique Iglesias, Ricky Martin, Chayanne entre otros hicieron lo mismo.
Pero aquel hombre que logró atraer la atención del mundo a Puerto Rico, Daddy Yankee, lo volvió a lograr por segunda vez, es de esas cosas que es imposible que pasen dos veces en la vida y sin embargo lo logró: DESPACITO, ¿Quien no ha escuchado esa canción? Un junte entre Daddy Yankee y Luis Fonsi, que no es exactamente un reggaeton pero tampoco un pop, es algo bailable, pegajoso, raya en lo sensual pero no es liricalmente explícito como usualmente se esperaba de los reggaetoneros, esa canción rompió las barreras y las fronteras, dos latinos hacían de una canción la más escuchada en todo el mundo, al grado de que hasta la fecha es el vídeo más visto en toda la historia de YouTube.
Esto da paso al siguiente nivel, los artistas reconocidos ya no solo colaboraban con artistas urbanos, sino que ellos mismos incursionaron en el género urbano. Prácticamente no existe cantante latino que no haya experimentado con lo pegajoso y movidos que son los ritmos y letras urbanas: Fonsi, Shakira, Carlos Vives, Thalia, los ya mencionados Chayanne, Enrique Iglesias, Juanes... La lista es interminable. Así que si hace 15 años un TJ veía aceptable escuchar artistas de pop o ir a sus conciertos, ahora se enfrenta al hecho de que sus músicos aceptables se han urbanizado, y repiten la fórmula musical del corito pegajoso con ritmo movido.
Curiosamente la organización WT no se ha pronunciado específicamente sobre el género urbano, aunque sabemos que detestan el reggaeton, pero es que a estas alturas hay canciones que si bien parecen reggeatón al final no lo son, y es ahí donde entra la polémica, en las reuniones sociales, sobre si poner o no cierta canción, de si será o no correcta descargarla en Spotify, de si Diosito se enojará o no si la busco en Youtube como si de navegar en pornhub se tratara.
Por eso, considero que la música Urbana es un nuevo enemigo de la WT, artistas a los que no pueden criticar apelando a los viejos argumentos de los años 80 y 90 respecto a la vestimenta, a las letras explícitas, o a su conducta, pero no terminan por aceptarlos por los ritmos pegajosos que invitan a mover el cuerpo más de lo normal. Desafortunadamente la WT va perdiendo, no es necesario que nuestros jóvenes se vistan de manera particular para escuchar los géneros de moda, y gracias al celulares las plataformas musicales y los audífonos es imposible que un padre testigo tenga total control de lo que sus hijos consumen, y eso a la WT le molesta.
charlesfiascorussell@gmail.com