10 Dec, 2019, 09:40 AM
En el estudio de La Atalaya del fin de semana pasado uno de los párrafos decía esto:
No pude evitar pensar en cuánta hipocresía hay en esas palabras.
Hubo un Salón del Reino muy famoso en la Medellín de los años ochenta y noventa del siglo pasado. Se le conocía como el salón de Aranjuez (uno de los barrios más tradicionales de Medellín) y antes de ser salón fue un teatro que compró la organización y que acondicionó para sus propósitos. El salón era gigante y fue el plan B durante las veces que no se conseguía local para realizar las asambleas de circuito. En los noventas fue modificado para que hubiera dos salones en lugar de uno.
En fin, el asunto es que no sé porque razón la organización decidió salir del salón (incluso sin tener siquiera un lote para construir el reemplazo) y lo puso en venta. ¿Pero a quién más le sirve una estructura como la de un Salón del Reino? Las ofertas de otras iglesias cristianas no tardaron en llegar y efectivamente el otrora lugar de adoración al único Dios Verdadero fue vendido a una iglesia cristiana perteneciente a Babilonia la Grande, el Imperio Mundial de la religión falsa.
¡Qué hipocresía! Miremos el párrafo anterior nuevamente:
Es decir según este razonamiento, un testigo albañil, electricista o plomero no pudiera realizar ningún trabajo para un local o iglesia de Babilonia la Grande pues estaría siendo cómplice de sus pecados, pero sí es posible para la organización vender completo todo un lugar para que lo utilice como sitio de adoración falsa.
Sé que el caso del salón de Aranjuez no es el único y que son varios salones que han sido vendidos para ser usados como lugar de reuniones de otras religiones. Otro caso más de la típica manera de actuar del CG que exige una postura firme para los testigos individualmente pero ellos mismos son laxos y flexibles según les convenga.
Cita:Los cristianos verdaderos debemos asegurarnos de que nuestro empleo no tiene nada que ver con Babilonia la Grande (2 Cor. 6:14-17). Por ejemplo, no seremos empleados de ninguna iglesia. Además, si trabajamos para una empresa, no haremos trabajos extensos en instalaciones que se utilizan para la adoración falsa. Y, si tenemos nuestro propio negocio, ni ofreceremos nuestros servicios ni aceptaremos ofertas para trabajar para alguna parte de Babilonia la Grande. ¿Por qué adoptamos una postura tan firme? Porque no deseamos ser cómplices de las obras y los pecados de las organizaciones religiosas que están contaminadas para Dios (Is. 52:11).
No pude evitar pensar en cuánta hipocresía hay en esas palabras.
Hubo un Salón del Reino muy famoso en la Medellín de los años ochenta y noventa del siglo pasado. Se le conocía como el salón de Aranjuez (uno de los barrios más tradicionales de Medellín) y antes de ser salón fue un teatro que compró la organización y que acondicionó para sus propósitos. El salón era gigante y fue el plan B durante las veces que no se conseguía local para realizar las asambleas de circuito. En los noventas fue modificado para que hubiera dos salones en lugar de uno.
En fin, el asunto es que no sé porque razón la organización decidió salir del salón (incluso sin tener siquiera un lote para construir el reemplazo) y lo puso en venta. ¿Pero a quién más le sirve una estructura como la de un Salón del Reino? Las ofertas de otras iglesias cristianas no tardaron en llegar y efectivamente el otrora lugar de adoración al único Dios Verdadero fue vendido a una iglesia cristiana perteneciente a Babilonia la Grande, el Imperio Mundial de la religión falsa.
¡Qué hipocresía! Miremos el párrafo anterior nuevamente:
Cita:si trabajamos para una empresa, no haremos trabajos extensos en instalaciones que se utilizan para la adoración falsa.
Es decir según este razonamiento, un testigo albañil, electricista o plomero no pudiera realizar ningún trabajo para un local o iglesia de Babilonia la Grande pues estaría siendo cómplice de sus pecados, pero sí es posible para la organización vender completo todo un lugar para que lo utilice como sitio de adoración falsa.
Sé que el caso del salón de Aranjuez no es el único y que son varios salones que han sido vendidos para ser usados como lugar de reuniones de otras religiones. Otro caso más de la típica manera de actuar del CG que exige una postura firme para los testigos individualmente pero ellos mismos son laxos y flexibles según les convenga.