[Charles Fiasco Rusell]

Servi como esta función por tres años, mismo que estaba adoctrinado de cabo a rabo, nunca cuestione las resoluciones, cuentas del circuito y los gastos hasta que descubrieron que estaba estudiando en la universidad, después de ello me quitaron esa responsabilidad y se la dieron al siervo “cepillo” (Expresión usado por estos lares para referirse a la expresión “lamebotas”). Por algunos años veía como recogía el dinero el solo, falsificaba la firma de revisado, y como le habían “robado” la casa y todo el dinero se había perdido. Vale recalcar que varias veces el superintendente le recomendó al cuerpo de ancianos investigar porque solo al hermano le robaban y no a sus auxiliares, que tampoco eran usados. Hace un par de meses logré titularme en Administración de Empresas y Contabilidad, y vaya, nuevamente “volví” a ser útil en la congregación.

Me pusieron a investigar todos los registros para ver los problemas, puedo decirles en resumen que se encontró depósitos “fantasmas”, extractos bancarios que nunca llegaran a cuadras, firmas duplicadas, auditorias realizadas por el mismo siervo (hermano del siervo que llevaba las cuentas y se lo investigo), en fin, un caos total.

Con todas las pruebas presentes, era mas que obvio que se habían sustraído el dinero faltante, a pesar de ello, no existió comité judicial, censura ni devolución del dinero. La razón fue simple: el hermano no sabe contabilidad. Así que el cuerpo de ancianos decidido unánimemente “reiniciar” el saldo inicial de la cuenta, y claro, volver a ponerme en las cuentas porque yo si sé contabilidad.

Es irónico saber lo hipócrita que es esta secta, te repudia al saber que emprendes estudios universitarios, te margina y hace de menos. Ahora ya con título en mano, se olvidan lo que te hicieron y esperan que lo uses para los intereses del “reino”. Disculpe esta pequeña conclusión, quería mencionarla.

Y sin contar que hace unos dos meses se nos obligo mandar a la sucursal el excedente del “Saldo Máximo” de la cuanta de congregación. Por primera vez sentía que se estaban usando los fondos para algo bueno, pues con ello estábamos ayudando a una hermana viuda de tercera edad que había perdido a su esposo por culpa de esta pandemia. Ante nuestros ojos se fueron mas de $500.00, que pudieron usarse en ayudar de verdad a personas que si lo necesitan. Nos dieron dos opciones, mandas ese dinero a obra mundial o a la cuenta del circuito. Al final solo nos “consolaron” diciendo que Jehová no dejara solo a la hermana viuda ni a los otros publicadores que están sufriendo.

Lo último que comentas es muy interesante, las instrucciones para la contabilidad son muy específicas respecto al dinero que ingresa en las cajas para la obra mundial: bajo ninguna circunstancia ese dinero se puede usar para otro propósito, debe ser enviado íntegramente a la sucursal. ¿Y si la congregación tiene un apuro económico como el pago de impuestos propios del salón del Reino? ¿Que tal la necesidad médica de un hermano? La instrucción no da margen ni flexibilidad: no se puede tomar dinero de la obra mundial para ningún gasto de la congregación.

¿Pero acaso no habló Jesucristo del ejemplo de David y sus hombres, cuando el sacerdote les permitió comer los panes sagrados porque la vida es más importante que cualquier otra cosa? Al contrario la organización ahora se parece a aquellos de los que habló Cristo: que se niegan a usar sus bienes para ayudar porque son corban, el dinero no es santificado por si solo, sino por el uso que le damos, ¿Y qué mejor uso que usarlo para ayudar a las viudas y los huérfanos?