[Charles Fiasco Rusell]

Hoy domingo tuve la reunión de la Atalaya. Trató sobre cómo mostrar amor. Resulta que en los párrafos que trata sobre cómo los hermanos demuestran amor, hubo puntos sobre no ser groseros con los superintendentes, no odiar a los hermanos y sobre todo cuando nos dicen algo que no está bien (según ellos o lo que a ellos no les gusta)

Resulta que quien condujo dijo que una manera de mostrar amor es obedeciendo y le puso de su inspiración al estudio diciendo que si el cuerpo de ancianos les decimos que no salgan para nada de sus casas es porque los amamos y así. Expuso que algunos padres de familia han sacado a los niños a jugar al parque (aún cuando ya autorizó el gobierno) y que no les hacen caso a los ancianos. También comentó de los que se van de vacaciones a la playa o a otras ciudades de vacaciones. Y de los jóvenes que van a jugar fútbol a la cancha. He de decir que me consta que todos han cumplido con las medidas sanitarias tales como la mascarilla y el lavado de manos y han seguido al pie de la letra las indicaciones de las autoridades.

Mi sincera opinión: este tipo exageró todo y prácticamente dijo lo que dijo como si estuviera loco y desesperado porque nadie le hace caso ni siquiera su esposa, sus hijos (son buenos muchachos pero también hacen su vida) y sus coancianos lo ignoran.

¿Que me pueden decir? ¿Reflejo de la realidad en otras partes?

Siempre he dicho: ¿En qué otro lugar del planeta un grupo de cien personas le pondría atención a un mecánico? ¿Quién se dejaría ordenar por un mensajero? ¿Quien en su sano juicio pondría la salud psicológica propia y de su familia en un panadero? Solo aquí en el "pueblo de Jehová".

Por otro lado, aunque al hermano se le fue la pinza con la conducción, todo el artículo de esta semana es ficción: el artículo da por hecho que Juan era casado, que tuvo hijos, que dejó su trabajo para predicar, una suposición sobre otra así que lo de menos fue que el hermanillo se volara la barda con sus aplicaciones.