22 Sep, 2022, 03:36 PM
¿Qué recuerdos tienen del estudio del libro en casas? Para quienes llegamos a vivir esa época seguramente recordamos un ambiente un poco (solo un poco) más liberal, yo creo que tenía aproximadamente 12 o 13 años de edad cuando se eliminó esa reunión, lo cual nos tomó a todos por sorpresa, y obviamente no faltó quien dijera que eso era una muestra de que el carro de Dios estaba avanzando o que los nubarrones de la gran tribulación se estaban acercando.
En primer lugar, recuerdo las distintas ubicaciones donde se celebraba, es decir, el objetivo era en lo más posible no utilizar el salón del reino, al no existir la centralización que hoy existe uno podía acudir al más cercano a su domicilio, porque los lugares de reunión estaban distribuidos por todo el territorio de la congregación, la mayoría consideraba prestar su hogar como un “privilegio” y de verdad se agradecía que los anfitriones se esmeraran en tener limpio y confortable su hogar.
Segundo, al ser grupos más pequeños, y no estar supervisados por nadie para hacer cumplir el factor tiempo, el estudio no era tan rígido como en las reuniones que te van carrereando porque tienes que abarcar un sinfín de información en pocos minutos, una hora para una sección de un libro permitía hablar con más calma del desarrollo del tema, incluso veía que muchos se animaban a preguntar cosas directamente al conductor, algo que hoy no se permite ni de broma en los salones de reunión. Y hablando del conductor, muchas veces pasaba que no había ningún ancianete ni diacono que dirigiera la reunión, pero no había problema en que un publicador bautizado o una hermana condujera, a diferencia de hoy, que cuando en el salón no ha llegado ningún ministrete toda la congregación se queda paralizada sin saber qué hacer, pues saben que es pecado craso siquiera tocar el atril sin tener rango oficial, es más grave que cuando Uzah tocó el arca o Uzías quiso prender incienso.
¿Y qué decir de las comidas al terminar de abarcar una publicación? Tamales, cafecito con pan, se hacían pequeñas comidillas para pasar un rato juntos, o a veces ni siquiera era necesario terminar un libro, simplemente se ponían de acuerdo todos en llevar algo y se merendaba al finalizar los 60 minutos de adoctrinamiento, los niños jugaban de aquí para allá, mientras los adultos platicaban.
Con esto, no quiero decir que esto era bueno, por el contrario, era una herramienta más de adoctrinamiento y reclutamiento, pues muchas personas incautas que eran renuentes a acudir a una reunión en el salón, eran convencidas de acudir primero a un estudio del libro para ver de cerca “la hermandad cristiana”, así que fue mucho el daño que produjo en miles de víctimas. Con todo, creo que había un par de cosillas buenas en estas reuniones y por eso probablemente se eliminó, porque el cuerpo gobernante si algo no soporta es ver cómodas y felices a las personas, si por ellos fuera pondrían bancas de madera en todos los salones de reunión, y por eso posiblemente también están diciendo a la grey que deben acudir al salón en vez de seguir por zoom la reunión, porque saben que en posaderas cómodas no entra la “verdad bíblica”, ¿qué recuerdas tú de los estudios del libro? ¿tienes idea de porqué se cancelaron estas reuniones?
En primer lugar, recuerdo las distintas ubicaciones donde se celebraba, es decir, el objetivo era en lo más posible no utilizar el salón del reino, al no existir la centralización que hoy existe uno podía acudir al más cercano a su domicilio, porque los lugares de reunión estaban distribuidos por todo el territorio de la congregación, la mayoría consideraba prestar su hogar como un “privilegio” y de verdad se agradecía que los anfitriones se esmeraran en tener limpio y confortable su hogar.
Segundo, al ser grupos más pequeños, y no estar supervisados por nadie para hacer cumplir el factor tiempo, el estudio no era tan rígido como en las reuniones que te van carrereando porque tienes que abarcar un sinfín de información en pocos minutos, una hora para una sección de un libro permitía hablar con más calma del desarrollo del tema, incluso veía que muchos se animaban a preguntar cosas directamente al conductor, algo que hoy no se permite ni de broma en los salones de reunión. Y hablando del conductor, muchas veces pasaba que no había ningún ancianete ni diacono que dirigiera la reunión, pero no había problema en que un publicador bautizado o una hermana condujera, a diferencia de hoy, que cuando en el salón no ha llegado ningún ministrete toda la congregación se queda paralizada sin saber qué hacer, pues saben que es pecado craso siquiera tocar el atril sin tener rango oficial, es más grave que cuando Uzah tocó el arca o Uzías quiso prender incienso.
¿Y qué decir de las comidas al terminar de abarcar una publicación? Tamales, cafecito con pan, se hacían pequeñas comidillas para pasar un rato juntos, o a veces ni siquiera era necesario terminar un libro, simplemente se ponían de acuerdo todos en llevar algo y se merendaba al finalizar los 60 minutos de adoctrinamiento, los niños jugaban de aquí para allá, mientras los adultos platicaban.
Con esto, no quiero decir que esto era bueno, por el contrario, era una herramienta más de adoctrinamiento y reclutamiento, pues muchas personas incautas que eran renuentes a acudir a una reunión en el salón, eran convencidas de acudir primero a un estudio del libro para ver de cerca “la hermandad cristiana”, así que fue mucho el daño que produjo en miles de víctimas. Con todo, creo que había un par de cosillas buenas en estas reuniones y por eso probablemente se eliminó, porque el cuerpo gobernante si algo no soporta es ver cómodas y felices a las personas, si por ellos fuera pondrían bancas de madera en todos los salones de reunión, y por eso posiblemente también están diciendo a la grey que deben acudir al salón en vez de seguir por zoom la reunión, porque saben que en posaderas cómodas no entra la “verdad bíblica”, ¿qué recuerdas tú de los estudios del libro? ¿tienes idea de porqué se cancelaron estas reuniones?
charlesfiascorussell@gmail.com