[Demas]

Es difícil para mi escribir esto, pero estoy atravesando por un periodo de emociones encontradas, un conflicto de emociones.
Corrían los años 80's, tenia ante mi un futuro  prometedor, a mitad de mi bachillerato, ya con una carrera fija en la mente. Y se presento un mensaje para mi muy atrayente, la oportunidad de ser feliz, de vivir para siempre al lado de nuestros seres queridos, la solución a todos nuestros problemas, el Reino de Dios.
Me visualice en ese paraíso al lado de mi padre, de mi madre, de mis hermanos carnales. Todo era razonable, quien no quiere volver a ver a su ser amado que ha muerto? que enfermo no quiere tener buena salud? al menos a mi me gustaría ver a mi madre libre de sus males,  y en este momento, a mi esposa libre de una enfermedad muy dolorosa; y otras promesas que aprendí. Así que decidí aceptar un estudio, y aunque este se daba con el libro vivir, la persona que me atendió, lo hizo con el libro la verdad, y llego el momento inevitable, tomar decisiones, me matricule en la escuela del ministerio, salir al servicio y llegar a ser publicador no bautizado, y al paso de los meses, decidí bautizarme.
Inocentemente fui persuadido a dejar mis estudios, no hacer mi servicio militar, porque el fin era inminente; no hice caso a un buen consejo de una publicadora que se intereso por mi, que primero terminara mis estudios seglares e hiciera mi servicio militar, y luego me bautizara, por que ya no tendría otra oportunidad. Lamento no haber hecho caso.
Pero mi error no lo he repetido con mis hijos. Uno de ellos pronto va a ir a la universidad. Y a los jóvenes de mi congregación, les aconsejo que no abandonen la escuela, varios de ellos me han hecho caso, unos están en bachillerato, otros empiezan la carrera, otros ya son profesionales. No obstante pese al orgullo que siento por estos jóvenes, por momentos me siento mal, siento que le fallo a mi Dios, a la organización, a mis amigos, a mi familia, a mi mismo.