31 Aug, 2017, 02:57 AM
Nadie voluntariamente se deja engañar.
Pienso que hay una línea de salida que puede ser más o menos común en la mayoria de testigos: vulnerabilidad o ansias de conocimiento de Dios.
Evidente que los que nacieron en la verdad, quedan atrapados sin haberlo decidido.
A los demás, nos lleva una necesidad. La que sea, no importa mucho y que nos hace vulnerables bajamos la guardia y nos dejamos engañar.
¿culpables?. No.
¿Responsables?.Sí.
Tampoco es lo mismo ahora con Internet que 40 años atrás.
Hoy es muy dificil dejarse engañar; pero muchas personas siguen siendo vulnerables, a pesar de toda la información que se tenga a mano.
No hay mas ciego que el que no quiere ver.
Cuando despertamos y por vagancia, pereza, o privilegios decidimos seguir viviendo la mentira, entonces sí somos culpables.
Somos responsables de nuestra vida, pero no desde que nacemos, sino desde que entendemos lo que significa serlo y decidimos serlo.
Somos culpables de lo que hacemos con nuestra vida desde el mismo momento en que decidimos seguir igual aun sabiendo que vivimos una mentira.
Pienso que hay una línea de salida que puede ser más o menos común en la mayoria de testigos: vulnerabilidad o ansias de conocimiento de Dios.
Evidente que los que nacieron en la verdad, quedan atrapados sin haberlo decidido.
A los demás, nos lleva una necesidad. La que sea, no importa mucho y que nos hace vulnerables bajamos la guardia y nos dejamos engañar.
¿culpables?. No.
¿Responsables?.Sí.
Tampoco es lo mismo ahora con Internet que 40 años atrás.
Hoy es muy dificil dejarse engañar; pero muchas personas siguen siendo vulnerables, a pesar de toda la información que se tenga a mano.
No hay mas ciego que el que no quiere ver.
Cuando despertamos y por vagancia, pereza, o privilegios decidimos seguir viviendo la mentira, entonces sí somos culpables.
Somos responsables de nuestra vida, pero no desde que nacemos, sino desde que entendemos lo que significa serlo y decidimos serlo.
Somos culpables de lo que hacemos con nuestra vida desde el mismo momento en que decidimos seguir igual aun sabiendo que vivimos una mentira.
"Si tienes razones para amar a una persona, no la amas" (Zizek)