26 Sep, 2019, 11:49 PM
Del capitulo "Dos clases de cristianos". En busca de la libertad cristiana, de Raymond Franz:
En el Pentecostés del primer siglo se bautizaron 3.000 personas. Más tarde el registro habla de ―cinco mil hombres‖ entre los que aceptaron las buenas nuevas. [31] En los años que siguieron, no sólo hubo un crecimiento adicional en Jerusalén, sino que se desarrollaron congregaciones de creyentes a través del mundo entonces conocido, y la evidencia histórica indica que los que abrazaron las buenas nuevas llegaron a ser muchas decenas, incluso centenas de miles. [32] Aun si asumiéramos que la gran mayoría de ellos no permanecieron fieles, sería difícil creer que por lo menos no hubiera habido miles que sí lo hubieran sido. Desde que La Atalaya empezó a publicarse en 1879, más decenas de miles han profesado ser seguidores ungidos de Cristo, y La Atalaya admite ciertamente que muchos de ellos se probaron fieles. Para ilustrar el asunto, si aceptáramos una cifra muy conservadora de 10.000 personas durante el primer siglo que se mantuvieron fieles hasta la muerte, y otros 10.000 desde 1879 en adelante, significaría que (de acuerdo con la doctrina de la Sociedad Watch Tower) faltarían 124.000 para ser aprobados como herederos celestiales, durante el transcurso de ese período. Considere lo que esto significaría. Significaría que durante el período transcurrido, 1.779 años, antes de que La Atalaya surja en escena, Jesucristo, quien estaba dirigiendo a sus seguidores, de acuerdo con sus palabras en Mateo 28:20, ¡solo vio convertirse en sus seguidores fieles y aprobados una media de 70 personas por año—en todo el mundo! [33] Con seguridad, es difícil de creer que estos resultados tan pobres fueran el resultado de la dirección de Jesús sobre sus discípulos, y este razonamiento deprecia el poder de las buenas nuevas y el poder del Espíritu santo de Dios.
En el Pentecostés del primer siglo se bautizaron 3.000 personas. Más tarde el registro habla de ―cinco mil hombres‖ entre los que aceptaron las buenas nuevas. [31] En los años que siguieron, no sólo hubo un crecimiento adicional en Jerusalén, sino que se desarrollaron congregaciones de creyentes a través del mundo entonces conocido, y la evidencia histórica indica que los que abrazaron las buenas nuevas llegaron a ser muchas decenas, incluso centenas de miles. [32] Aun si asumiéramos que la gran mayoría de ellos no permanecieron fieles, sería difícil creer que por lo menos no hubiera habido miles que sí lo hubieran sido. Desde que La Atalaya empezó a publicarse en 1879, más decenas de miles han profesado ser seguidores ungidos de Cristo, y La Atalaya admite ciertamente que muchos de ellos se probaron fieles. Para ilustrar el asunto, si aceptáramos una cifra muy conservadora de 10.000 personas durante el primer siglo que se mantuvieron fieles hasta la muerte, y otros 10.000 desde 1879 en adelante, significaría que (de acuerdo con la doctrina de la Sociedad Watch Tower) faltarían 124.000 para ser aprobados como herederos celestiales, durante el transcurso de ese período. Considere lo que esto significaría. Significaría que durante el período transcurrido, 1.779 años, antes de que La Atalaya surja en escena, Jesucristo, quien estaba dirigiendo a sus seguidores, de acuerdo con sus palabras en Mateo 28:20, ¡solo vio convertirse en sus seguidores fieles y aprobados una media de 70 personas por año—en todo el mundo! [33] Con seguridad, es difícil de creer que estos resultados tan pobres fueran el resultado de la dirección de Jesús sobre sus discípulos, y este razonamiento deprecia el poder de las buenas nuevas y el poder del Espíritu santo de Dios.
Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."