[Ronin]

Las asambleas, como no recordar esas horas tan lentas y llenas de aburrimiento, con los ancianos discursantes tan pésimos; solo uno que otro rescatable. Hasta que, al menos para mí en ese tiempo, era hora de escuchar el discurso principal de toda la asamblea, que normalmente lo daba el superintendente de distrito, y los que me tocó escuchar eran buenos oradores normalmente.

Otro momento esperado de la asamblea, era la hora de comida, ya que convivía y conocía gente de otras partes de la región.

Había en la zona varios precursores especiales, y cuando era momento de comer, como ellos no llevaban alimentos, se acercaban a alguna familia que sí llevaba, así como despistadamente, saludando, y pues la familia en cuestión no le quedaba más remedio que invitarle a comer.