03 Jan, 2021, 05:49 AM
Cuando finalmente “abrí los ojos”, la decepción y el deseo que todo sea mentira llego a nacer. Por varios meses negué todo, pero al final me di cuenta que todas las “mentiras” que negaba esta organización, eran verdad. Mi actitud cambio a un negativismo notable a kilómetros de distancia, tanto que llamo la atención hasta el propio superintendente de circuito. Cuando llego la visita a la congregación, me visitaron y me leyeron Apocalipsis 2:5, haciéndome entender que mis sentimientos eran culpa mía por duda de la “santa” organización. Recuerdo que el superintendente me dijo: “Amigo, debes enamorarte nuevamente de tu rutina, volver a darle una segunda oportunidad al “amor que tenías a un principio”. Si no lo haces, llegarás a ser un peligro para la congregación, a fin de cuentas, es tu culpa que ese amor se llegase a apagar.”
Después de revolcarme en la culpa, me dije a mi mismo: “Pueda que tenga razón, era feliz antes de saber todo esto, yo fui quien busco todo esto.”. Así que decidí “darle una segunda oportunidad” y empezar desde cero. Para mi sorpresa, el cambio trajo varios aspectos que, desde un punto de vista de un testigo adoctrinado, eran “bendiciones de parte de Jehová”. Llegaron más privilegios, conseguí nuevos “amigos”, incluso llegué a desarrollar una relación afectiva correspondida hasta estos días. A simple vista, todo era de color rosa en esos momentos. Pero todos sabemos que al final del día, tratar de ocultar el mal que esta secta ha causado era como tratar de ocultar el sol con un dedo.
Fue cuestión de tiempo de darme cuenta que vivir en medio de una mentira, simplemente no es vivir. Ha pasado un año ya de eso, y al haber enfrentado el miedo de perder todo lo que existe a mi alrededor, tengo más miedo a vivir en una mentira y saber que he desperdiciado mi vida ayudando a engañar a personas de buen corazón que solo buscan consuelo para su dolor o angustia. Fue una buena meta analizar por mis propios medios las “verdad” de la tan infame “verdad. No me arrepiento haber abierto los ojos. Al final del día, las mentiras seguirán siendo eso: mentiras.
Después de revolcarme en la culpa, me dije a mi mismo: “Pueda que tenga razón, era feliz antes de saber todo esto, yo fui quien busco todo esto.”. Así que decidí “darle una segunda oportunidad” y empezar desde cero. Para mi sorpresa, el cambio trajo varios aspectos que, desde un punto de vista de un testigo adoctrinado, eran “bendiciones de parte de Jehová”. Llegaron más privilegios, conseguí nuevos “amigos”, incluso llegué a desarrollar una relación afectiva correspondida hasta estos días. A simple vista, todo era de color rosa en esos momentos. Pero todos sabemos que al final del día, tratar de ocultar el mal que esta secta ha causado era como tratar de ocultar el sol con un dedo.
Fue cuestión de tiempo de darme cuenta que vivir en medio de una mentira, simplemente no es vivir. Ha pasado un año ya de eso, y al haber enfrentado el miedo de perder todo lo que existe a mi alrededor, tengo más miedo a vivir en una mentira y saber que he desperdiciado mi vida ayudando a engañar a personas de buen corazón que solo buscan consuelo para su dolor o angustia. Fue una buena meta analizar por mis propios medios las “verdad” de la tan infame “verdad. No me arrepiento haber abierto los ojos. Al final del día, las mentiras seguirán siendo eso: mentiras.