(09 Nov, 2021, 10:09 AM)Alumbrado escribió: En los años tuve la oportunidad de conocerlos a todos personalmente, menos que Lett.
Con algunos de ellos hemos hablado a menudo.
Por mi personal experiencia lo más sincero es Lösch y el mas ambiguo es Morris. Pero esta es sólo mi personal opinión.
Shalom
Interesante tu punto de vista. En lo personal creí durante algún tiempo después de enterarme de la verdad acerca de la organización que algunos o la mayoría de los del cuerpo gobernante eran personas sinceras con algunas equivocaciones, y parece que muchos testigos minimizan sus errores con el mismo argumento.
Posteriormente llegué a la conclusión de que no había forma de que fueran sinceros,¿Porqué? Los "ungidos" de la primera generación del cuerpo gobernante estaban programados para creerse la doctrina que irían al cielo porque se bautizaron antes de 1935, no se daba enfasis como ahora a qué debe sentir un ungido, qué piensa, etc, la ecuación era simple ¿Te bautizaste antes o alrededor de 1935? Eras ungido, ¿Te bautizaste después de ese año? Eras de las otras ovejas, en cierto modo esta primera generación del cuerpo gobernante podía tener el beneficio de la duda de ser sinceros porque se les programó para creer que irían al cielo, tal como un católico o protestante sincero hoy en día lo creería.
Con los años, cuando lo de la fecha 1935 dejó de ser suficiente para tener bien convencida a la grey, se inventó lo de "el espíritu mismo da testimonio" para callar las voces críticas, pero pese a que se admitía que podía haber algunos nuevos ungidos, la enseñanza oficial seguía siendo 1935 como la fecha límite de llamamiento al cielo, para cualquiera que pensara siquiera en ser ungido pero no se hubiera bautizado antes de 1935 ahora se le exigía que tuviera pruebas personales de que Dios lo había llamado al cielo.
No fue hasta mediados del 2005 que la organización enseñó que siempre no saben cuándo completará Jehová sus vacantes, así que durante casi 70 años la enseñanza oficial fue que se había cerrado ya la compuerta de los cielos.
Así que todos los actuales miembros del cuerpo gobernante al no estar programados para creer ser ungidos, solo tuvieron dos opciones:
1. Estudiar y darse cuenta que eso de las dos esperanzas es una tontería. Saben que es mentira pero no tienen reparó en enseñarlo para conservar el estatus.
2. Creer que existe el llamado de Dios al cielo tal como lo enseña la organización, no sintieron ese llamado pero aún así se ungieron a sí mismos para disfrutar los privilegios y prestigio del cargo.
Cualquiera de las dos opciones elimina cualquier rastro de sinceridad que pudiera haber en esos hombres.