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suponiendo que Jesús de Nazaret sea histórico y no el mito
#1

El error de Jesús

  A comienzos del cristianismo apenas hay falsificaciones, suponiendo que Jesús de Nazaret sea histórico y no el mito de un dios transportado al ser humano. Sin embargo, se presupone aquí la historicidad, pues es —prescindiendo de algunas excepciones— la communis opinio del siglo XX: pero ninguna demostración. Tan gratuitas como desfachatadas son las cientos de tonterías apologéticas en circulación, como la del jesuita F. X. Brors (con imprimátur): «Pero ¿dónde se encuentra en algún sitio una personalidad cuya existencia esté tan garantizada históricamente como la persona de Cristo? Podemos entonces mitificar también a un Cicerón, un César, incluso a Federico el Grande y a un Napoleón: más garantizada que la existencia de Cristo no es la suya»[118].

  Por el contrario, lo que está claro es que no hay ningún testimonio demostrativo de la existencia histórica de Cristo en la llamada literatura profana. Cada uno de estos testimonios no tiene más valor que el dato ocasional de la altura de Cristo de 189 cm y la de María de 186 cm. Todas las restantes fuentes extracristianas no dicen nada sobre Jesús: Suetonio y Plinio el Joven por parte romana, Filón y, especialmente importante, Justus de Tiberiades por la judía. O no les toman en consideración, como los Testimonia de Tácito y Flavio Josefo, lo que admiten hoy incluso muchos teólogos católicos. Incluso un reputado católico como Romano Guardini sabía por qué escribía: «El Nuevo Testamento constituye la única fuente que informa sobre Jesús»[119].

  Por cuanto atañe al juicio que merecen Nuevo Testamento y su fiabilidad, la teología histórica crítica lo ha mostrado de una manera tan amplia como precisa, y con un resultado en gran medida negativo. Pero según los teólogos cristianos críticos los libros bíblicos «no están interesados en la historia» (M. Dibelius), «son sólo una colección de anécdotas» (M. Wemer), «deben utilizarse sólo con extrema cautela» (M. Goguel), están llenos de «leyendas religiosas» (Von Soden), «historias de devociones y entretenimiento» (C. Schneider), llenos de propaganda, apologismo, polémica, ideas tendenciosas. En resumen, aquí todo es la fe, la historia no es nada[120].

  Esto es válido también, precisamente, para las fuentes que nos hablan casi de modo exclusivo de la vida y la doctrina del nazareno, los Evangelios. Todos los relatos de la vida de Jesús son, como escribió su mejor conocedor, Albert Schweitzer, «construcciones hipotéticas». Y en consecuencia, también la moderna teología cristiana, toda aquella que se muestra crítica y no está aferrada al dogmatismo, pone en tela de juicio de modo general la credibilidad histórica de los Evangelios, llegando por unanimidad a la conclusión que de la vida de Jesús no se puede averiguar prácticamente nada, que también las noticias sobre su doctrina son secundarias, por lo que los Evangelios no reflejan en modo alguno la historia sino la fe: la teología común, la fantasía común de finales del siglo I[121].

  Por tanto (!) en los comienzos del cristianismo no hay ni historia ni falsificación; pero como punto central, como su auténtico motivo: el error. Y este error se remonta nada menos que a Jesús.

  Sabemos que el Jesús de la Biblia, especialmente el sinóptico, se encuentra plenamente dentro de la tradición judía. Es mucho más judío que cristiano; por lo demás, también a los miembros de la comunidad primitiva se les llamaba «hebreos»; sólo la investigación más reciente les llama «judeocristianos». Pero su vida apenas se diferencia de la de los restantes judíos. Consideraban también como preceptivas las Escrituras Sagradas judías y siguieron siendo miembros de la sinagoga durante muchas generaciones. Jesús propagaba una misión sólo entre judíos. Estaba fuertemente influenciado por la apocalíptica judía. Y esta, en especial la tradición apocalíptico-enoquítica, influyó poderosamente sobre el cristianismo. No en vano Bultmann titula un estudio Ist die Apokalyptik die Mutter der christiichen Theologie? (¿Es la apocalíptica la madre de la teología cristiana?). En cualquier caso, el Nuevo Testamento está plagado de ideas apocalípticas. Delata en todos sus pasos esa influencia. «No puede haber duda de que fue un judaísmo apocalíptico en el que la fe cristiana adquirió su primera y básica forma» (Cornfeld/Botterweck)[122].

  Pero el germen de esta fe es el error de Jesús acerca del fin inminente del mundo. Esas creencias eran frecuentes. Tampoco significaban siempre que el mundo fuera a finalizar, sino quizá el comienzo de un nuevo período. Ideas similares se conocían en Irán, en Babilonia, Asiría, Egipto, y los judíos las tomaron del paganismo, las incorporaron en el Antiguo Testamento como la idea del Mesías. Jesús fue uno de los muchos profetas, anunció, como los Apocalipsis judíos, los esenios, Juan el Bautista, que su generación era la última; predicó que el tiempo presente se había acabado y que algunos de sus discípulos «no probarían la muerte, hasta ver llegar con fuerza el reino de Dios»; que no acabarían con la misión en Israel «hasta que llegue el Hijo del Hombre»; que el juicio final de Dios tendría lugar «en esta misma generación»; que no cesaría «hasta que no haya sucedido todo esto»[123].

  Aunque todo esto estuvo en la Biblia durante un milenio y medio, Hermann Samuel Reimarus, el orientalista hamburgués fallecido en 1768, fue el primero en reconocer el error de Jesús, publicando más tarde Lessing partes del amplio trabajo de este erudito, que ocupaba más de 1,400 páginas. Pero hasta comienzos del siglo XX el teólogo Johannes Weiss no mostró el descubrimiento de Reimarus, desarrollándolo el teólogo Albert Schweitzer. El reconocimiento del error fundamental de Jesús se considera el acto copernicano de la teología moderna y lo defienden de modo general sus representantes críticos de la historia y adogmáticos. Para el teólogo Bultmann no hace falta «decir que Jesús se equivocó en la espera del fin del mundo». Y según el teólogo Heiler «ningún investigador serio discute la firme convicción de Jesús en la rápida llegada del juicio final y del fin […]»[124].

  Precursor de los falsificadores

  Pero no sólo Jesús se equivocó sino también toda la cristiandad, ya que, como admite un garante nada sospechoso, el arzobispo de Friburgo Conrad Gróber (miembro promotor de las SS), «se contemplaba el regreso del Señor como inminente, tal como atestiguan no sólo diversos pasajes en las epístolas de san Pablo, san Pedro y Santiago y en el Apocalipsis, sino también la literatura de los Padres apostólicos y la vida proto-cristiana»[125].

  Maraña tha («Ven, Señor») era la rogativa de los primeros cristianos. Pero a medida que transcurría el tiempo sin que viniese el Señor, cuando las dudas, la resignación, las burlas, el ridículo y la discordia fueron en aumento, hubo que suavizar paulatinamente el radicalismo de las afirmaciones de Jesús. Y finalmente, tras decenios, siglos, al no llegar el Señor sino la Iglesia, esta convirtió lo que en Jesús era esperanza lejana, su idea del Reino de Dios en la idea de la Iglesia y a las más antiguas creencias cristianas ella las sustituyó por el Reino de los Cielos: una inversión total, en el fondo una gigantesca falsificación, desde luego, dentro del cristianismo dogmáticamente la mayor[126].

  La creencia en la proximidad del fin condicionó de manera decisiva la aparición posterior de los escritos proto-cristianos: primero en la segunda mitad del siglo I y en el curso del II. Jesús y sus discípulos, que no esperaban ningún más allá, ningún estado de bienaventuranza trascendental, sino la inmediata intervención de Dios desde el cielo y un cambio total de todas las cosas en la Tierra, no tenían naturalmente ningún interés en apuntes, escritos o libros, para cuya redacción no estaban además capacitados.

  Y cuando se comenzó a escribir, desde el principio fueron suavizándose las profecías de Jesús de un final del mundo tan cercano. Los cristianos no vivieron ese final y de este modo surgen después en toda su literatura antigua las cuestiones, se propaga el escepticismo, la indignación. «¿Dónde está, pues, su anunciada segunda venida?», se dice en la segunda epístola de Pedro. «Desde que murieron los padres, todo está como ha sido desde el comienzo de la creación». Y también en la primera epístola de Clemente surge la queja: «esto ya lo hemos oído también en los días de nuestros padres, y mira, hemos envejecido y nada de eso nos ha pasado»[127].

  Voces de ese estilo se levantan poco después de la muerte de Jesús. Y se multiplican en el curso de los siglos. Así reacciona ya el autor cristiano más antiguo, el apóstol de los pueblos Pablo. Si primero explicó a los corintos que el plazo «se había fijado corto» y el «mundo se dirige al ocaso», «no todos moriremos, pero todos nos transformaremos» más tarde espiritualizó la fe en el tiempo final que de año en año se hacía más sospechosa. Hizo asumir internamente a los fieles la gran renovación del mundo, el anhelado cambio de eones, mediante la muerte y la resurrección de Jesús. En lugar de la predicación del reino de Dios, en lugar de la promesa de que este reino pronto despuntaría en la Tierra, Pablo introduce ideas individualistas del más allá, la vita aeterna. ¡Ya no viene Cristo al mundo sino que el cristiano creyente va hacia él en el cielo! También los evangelistas que escriben más tarde suavizan las profecías de Jesús sobre el fin del mundo y hacen correcciones en el sentido de un aplazamiento; el que más lejos va es Lucas, sustituyendo la creencia en la esperanza próxima por una historia de salvación divina con estadios previos y escalones intermedios[128].



Karlheinz Deschner

  Historia criminal del cristianismo. La Iglesia antigua (I)

  Falsificaciones y engaños

  Historia criminal del cristianismo - 04
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#2

una vista rapida al tema





"Nada te ata excepto tus pensamientos; nada te limita excepto tu miedo; nada te controla excepto tus creencias." ( Marianne Williamson.)

[Imagen: giphy.gif]

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#3

(27 Aug, 2019, 04:23 PM)neo escribió:  una vista rapida al tema




Gracias Neo, lo veré.

Saludos
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#4

A mi me parece que este tema deberia estar en la seccion de ateos y agnosticos.
El apartado para cristianos seria para que discutan personas que CREEN EN JESUS
sobre aspectos del cristianismo y sus muchas versiones.
Sino resulta que hay foros IDENTICOS (El de ateos y el que bajo el nombre de cristianos ataca el cristianismo).

TODOS CREEMOS EN ALGO.
Es innato en el ser humano el tener un sistema de creencias,
Incluso veo ateos que militan tan ferozmente en su ateismo que me resulta
que es parte de su sistema de creencias el hacerlo.

Nadie hace militancia en contra de los unicornios rosados por ejemplo.
Y si alguien me dice es porque nadie cree en ellos, no hace falta luchar,
pero si tu quieres creer en unicornios rosados ¿porque habria yo de impedirtelo?
¿Sabes en que caso lo haria? Si mi sistema de creencias fuera incompatible

Yo personalmente creo en Jesus, y muchos eruditos en temas biblicos como antonio Piñero
que es agnostico, no duda de la existencia de un Jesus historico.

¿Porque creen en la existencia de tal hombre?
Por muchas razones, Piñero las trata en sus innumerables libros y exceden por
su longitud lo que puedo poner aqui.

Otra cosa es que despues a ese personaje historico se le hayan agregado fabulas y encantos.
Responder
#5

Karlheinz Deschner. perteneciente al Movimiento Ateismo
Paso su infancia y adolescencia en los cotos episcopales de Wurzburgo.
¿Habra sido victima de un pedofilo?
Lo que si, es que buenas a primeras pasode cristiano a un odiador de la Iglesia Catolica
Algo lo hizo cambiar de la noche a la mañana...
Por ahi habria que empezar
Responder
#6

Este tema debe estar en ateos y agnósticos

Esta sección no es para poner en duda la existencia de Jesus ...es mas bien para los que creen en Jesucristo e intercambiar opiniones.

Show me a promised land and I will go anywhere
And if you ask me to take my time I'll wait for years...
Ask me to prove my love and I will do anything...
Responder
#7

Pues una oportunidad, para uds defender su historicidad,

15 Antes bien, santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para presentar una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con genio apacible y profundo respeto.

Es un intercambio, yo leo lo que ustedes tengan que decir, yo soy testigo cristiano de Jehová.

Este fin de Samaná tengo mi asamblea.

Cómo buenos creyentes, expongan y den de de sus crencias.
Responder
#8

(28 Aug, 2019, 07:24 AM)testigo de yahoo escribió:  Karlheinz Deschner. perteneciente al Movimiento Ateismo
Paso su infancia y adolescencia en los cotos episcopales de Wurzburgo.
¿Habra sido victima de un pedofilo?
Lo que si, es que buenas a primeras pasode cristiano a un odiador de la Iglesia Catolica
Algo lo hizo cambiar de la noche a la mañana...
Por ahi habria que empezar

Una pregunta para ti testigo de Yahoo, tu crees en Jesucristo?

Debererias ser entonces testigo de el no crees?

Que tipo de creyente es aquel que no defiende sus crencias, claro con profundo respeto.

Qué opinas?

Crees en los extraterrestres, dió su vida Jesús por ellos?

Iluminanos no "eliminanos"
Responder
#9

busque mi nombre en internet. hay al rededor de 14 apariciones, sin contar mi persona. (JOSE FIDENCIO REYES)

y curiosamente, la distancia de edad no es superior a +/- 10 años...

ahora, si juntamos todas las historias(no mías) , descubrimos que he estado en canadá, fui encarcelado en Estados unidos, viaje al salvador, recibió un bachelor, mori, pero como estuve en otro lado tiempo después, obviamente resucite, mi altura puede variar entre 160 y 175 (que SI, son mi alturas promedios), cuerpo entre fornido y obeso, curiosamente, si he estado de pelo largo y algo de barba hasta calvo rapado y afeitado, si, tambien estudie ingeniería y docencia y otras similitudes...

PERO NO SOY YO. nunca he viajado fuera de MÉxico, y aunque recibí grado de bachiller (bachelor) no es igual al grado de USA.

existen mas historias, si es que uno busca...

alguno ha tenido la curiosidad de buscar su nombre en internet?

Si Lucifer fue capaz de incitar una rebelión en el cielo, eso significa celos, envidia y violencia en el cielo pese a prometerte un paraíso perfecto
[Imagen: 312554928-8634900413188542-2070329703511938974-n.jpg]
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#10

(28 Aug, 2019, 03:23 PM)Saskatchewan escribió:  Este tema debe estar en ateos y agnósticos

Esta sección no es para poner en duda la existencia de Jesus ...es mas bien para los que creen en Jesucristo e intercambiar opiniones.

Pero un cristiano, debe rechazar a un ateo?

Más bien no es su deber sacarlo de su ignorancia?


Pido tu opinión, es Jesús Dios o hijo de Dios?

Te ayuda el espíritu santo a recordar y así dar una explicación magistral, para sustanciar evidencias de la divinidad de Jesús?

Cómo es el cristianismo verdadero?

Saludos.
Responder
#11

Solo como ejemplo y sin que esta conversación derive en peleas,

El testigo de Jehová, quiere despertar a los "mundanos"

El disidente quiere despertar al testigo de Jehová.

El ateo quiere despertar al cristiano.

Y luego el agnostico quiere despertar al ateo.

No es el agnostico mundano?


Qué lío todo un círculo.
Responder
#12

(28 Aug, 2019, 05:18 PM)DumsterDiver escribió:  
(28 Aug, 2019, 03:23 PM)Saskatchewan escribió:  Este tema debe estar en ateos y agnósticos

Esta sección no es para poner en duda la existencia de Jesus ...es mas bien para los que creen en Jesucristo e intercambiar opiniones.

Pero un cristiano, debe rechazar a un ateo?

Más bien no es su deber sacarlo de su ignorancia?

Cual ignorancia ?

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#13

(28 Aug, 2019, 07:24 AM)testigo de yahoo escribió:  Karlheinz Deschner. perteneciente al Movimiento Ateismo
Paso su infancia y adolescencia en los cotos episcopales de Wurzburgo.
¿Habra sido victima de un pedofilo?
Lo que si, es que buenas a primeras pasode cristiano a un odiador de la Iglesia Catolica
Algo lo hizo cambiar de la noche a la mañana...
Por ahi habria que empezar


Puede ser que hablara de puro ardor te doy el beneficio de la duda.

Veamos que dice
Alfred Loisy, 1933

Espero que a este no lo hayan violado, por qué ya se están agotando, los historiadores.

    



De Jesús sabemos un poco más que sobre Juan Bautista, aunque el mito y la leyenda tengan un sitio importante en la tradición evangélica. Pero todo el trabajo mítico y legendario que encierra esta tradición da testimonio a su vez del iniciador del movimiento cristiano.

  Pese a todo lo que se haya dicho en contrario, no hay un solo documento cristiano de los primeros tiempos que no implique la historicidad de Jesús; pues los gnósticos docéticos que negaron la materialidad del cuerpo de Cristo y la realidad física de su pasión, creían como la masa de los cristianos en la historicidad de Jesús y de su epifanía terrestre. Su Cristo, a la vez visible e inmaterial no era para ellos un fantasma sin realidad, un ser de pura visión, como parece querer hacerlos decir uno que otro mitólogo. Y los autores paganos menos favorables al cristianismo, desde Tácito a Celso y al emperador Juliano, consideraron a Jesús como un personaje de la historia. Cristo era para ellos un agitador galileo que tuvo mal fin y cuyos sectarios habían tenido la pretensión de divinizarlo. Queriendo reemplazar a Jesús por un mito, la crítica se comprometería en un camino sin salida y en un sin fin de sutilezas. No es menos cierto que Jesús vivió en el mito, y que el mito lo condujo a la cima de la historia 

No sabemos dónde nació, salvo que fue en Galilea. La leyenda más antigua nos lo muestra en Cafarnaum y en la región noroeste del lago Tiberiades; probablemente era originario de allí.

  El mito lo hizo nacer en Bethlem y de la familia de David, pero esto fue obligado por el cumplimiento de profecías interpretadas arbitrariamente[35]; en esto no hay ningún hecho de tradición primitiva e histórica. Por lo demás, el mito mismo está lleno de contradicciones. Para que Jesús naciera en Bethlem, Mateo hace que sus padres vivan allí; luego para llevarlo a Galilea, imagina que José, después de la fuga a Egipto, no se ha atrevido a reinstalarse en su país y que fue a establecerse en Nazareth de donde Jesús vino a Cafarnaum. Todo esto por lo demás, en virtud de una de las más fantásticas exégesis, refiriéndola al cumplimiento de antiguas profecías[36].

  Por su parte, Lucas, supone que los padres de Jesús habitaban en Nazareth, y que Jesús nació fortuitamente en Bethlem donde sus padres fueron conducidos por el censo que presidió Quirinius: no se ve muy claramente porqué José, aunque hubiera sido descendiente de David, tuviese que ir a inscribirse en un lugar de donde sus antepasados habían partido mil años antes. Pero el evangelista no advirtió que más adelante se contradecía a sí mismo haciendo nacer a Jesús bajo el reino de Herodes, muerto el año 4 antes de nuestra Era y que el año del censo, que tuvo lugar luego de la deposición de Arquelao, en el año 6 de nuestra Era[37].

  En realidad, la tradición evangélica ignoraba en qué pueblo de Galilea y en qué año vio la luz Jesús. Tampoco estaba en claro sobre su origen davidiano, puesto que lo justifica mediante dos genealogías que se contradicen y anulan recíprocamente[38]; se hizo de Jesús un descendiente de David porque el Mesías debía serlo[39].

  La misma tradición advirtió la necesidad de hacer habitar la familia de Jesús en Nazareth, para explicar de esa manera el nombre de Nazareno, unido originariamente al nombre de Jesús y que quedó siendo el nombre de los cristianos en la literatura rabínica y los países de Oriente. Este nombre de Nazareno es sin duda alguna un nombre de secta, sin relación con la ciudad de Nazareth, como no sea una etimología común; tampoco tiene relaciones con los nazirs o “consagrados” que menciona el Antiguo Testamento. El nombre se encuentra más tarde aplicado a las sectas judeocristianas, siendo llevado también por los mandeos. Puede suponerse que perteneció primero a la secta bautista de que depende originariamente el cristianismo[40]. El mismo Jesús habría estado agregado en un principio a esta secta, la secta de Juan, antes de ejercer un ministerio independiente. Pero lo que relatan los evangelistas con referencia a las relaciones entre Juan y Jesús pertenece a la leyenda: el mensaje dirigido a Jesús por Juan cautivo, no tiende más que a resaltar las consideraciones por las que resulta la preeminencia de Jesús y el Evangelio sobre Juan y su predicación[41].

  La relación del bautismo de Jesús por Juan no es otra cosa que el mito de institución del bautismo cristiano[42]. Pretende fundar en una disposición providencial, la autonomía del cristianismo como institución de salvación, frente a otras sectas bautistas y al judaísmo. En esta autonomía incluye una conciencia que con seguridad no se realizó basta después del año 70; nuestros mismos textos indican que este relato fue retocado sin cesar en la tradición[43]. El relato de la tentación en el desierto tiene el mismo carácter mítico y la evolución de este mito es atestiguada también por los textos del Nuevo Testamento[44].

  En la tradición común de los Evangelios es un predicador ambulante, como lo había sido antes de él Juan Bautista. Nos son presentados enseñando no a la manera de los rabinos de su tiempo, sino más bien como los profetas de un solo oráculo[45]. En la tradición de los Evangelios sinópticos, Jesús es también un exorcista taumaturgo[46]; en el cuarto Evangelio el taumaturgo crece y el exorcista desaparece, como también se ha suprimido la tentación en el desierto. Sin embargo, el papel de exorcista se acerca mucho más a la verdad de la época que el de gran taumaturgo, al cual Jesús parece no haber pretendido realmente.

  Por otra parte, en lo que respecta a la historia propia de Jesús, no hay lugar a detenerse en la disensión particular de los milagros que se le atribuyen. Son “virtudes”[47], consideradas como el atributo de un ministerio como el suyo; fueron concebidos según los tipos corrientes, y hasta se presentan como típicos, que eran a la vez tipos de series, transformados, ya en los tres primeros Evangelios pero sobre todo en el cuarto, en símbolos de la obra espiritual cumplida por Cristo[48]. Anticipan, a título de símbolo espiritual, la formación del misterio cristiano. Pero no se puede dudar que el don de curación haya sido atribuido a Jesús en vida y que lo haya ejercido voluntariamente por sí mismo Los primeros misioneros cristianos fueron predicadores exorcistas[49], tal como lo habrá sido en un principio Jesús, no habiendo hecho sus discípulos nada más que seguir su ejemplo. El cristianismo no nació en una atmósfera de trascendente misticismo ni de teología erudita.

  Es bastante notable que la tradición no haya hecho predicar nunca a Jesús en las grandes ciudades, salvo al final, en Jerusalén. Se lo muestra recorriendo los poblados y villorrios de Galilea, entrando en modestas sinagogas. En cambio parece que nunca fue a Tiberiades, ciudad profana, residencia ordinaria del tetrarca, ni a otra ciudad importante cualquiera.

  Habrá que pensar que las ciudades no eran el medio que le convenía. Frecuentaría los pescadores junto al lago de Genezareth, los humildes artesanos y obreros de los campos vecinos.

  El marco de su ministerio en Galilea no parece haber sido muy extenso. Casi todos los recuerdos, en la medida en que haya recuerdos, se refieren a Carfanaum o a sus alrededores. Por lo tanto su enseñanza se habría desarrollado durante un tiempo con algún éxito, sólo en algunos villorrios, todo lo más en algunos cantones de Galilea, en el noroeste del lago.

  La tradición casi no podría haber inventado un teatro tan pequeño, tan ignorado por lo demás, para encuadrar una misión que consideraba tan grande, y la relación indicada por Mateo, con un texto de Isaías[50] habría sido encontrada con posterioridad. Los viajes que se atribuyen a Jesús fuera de la Galilea no son jiras de predicación; si tienen alguna realidad, han de colocarse hacia el fin del ministerio galileo y parecería que Jesús los emprendió para sustraerse a las persecuciones de Antipas cuando el movimiento excitado por su predicación hubo llegado a conocimiento del ietrarca[51]. Se nos dice, y probablemente es cierto, que Jesús había reclutado desde muy temprano un buen número de compañeros que lo seguían con regularidad; sin embargo los relatos de vocaciones que nos han llegado son típicos y simbólicos[52]. En cuanto a lo que relatan de las multitudes que se apiñaban al paso del predicador, de los millares de hombres que habrían venido de toda la Palestina y la Transjordania para escuchar el Sermón de la montaña, debe descontarse la parte de la exageración piadosa[53]: la predicación de Jesús no podía tener mucho eco fuera de Galilea y el Sermón de la montaña, compilación de sentencias o trozos didácticos originariamente distintos, no fue pronunciado jamás.

  No podemos hacernos sino una idea aproximada de lo que era en realidad la predicación de Jesús si nos basamos en las enseñanzas que se le han atribuido. La enseñanza que impartió —y esto no es una paradoja— no fue recogida nunca. Ni el predicador ni sus más fieles oyentes pensaron en fijar el contenido para trasmitirlo a la posteridad; la perspectiva inminente del reino de Dios alejaba toda preocupación de este género.

  Luego de la muerte de Jesús los primeros apóstoles continuaron anunciando el próximo advenimiento, que debía ser el de Cristo en su gloria. Solamente al cabo de un tiempo, cuando los grupos de creyentes se organizaron en confraternidades permanentes, se hizo sentir la necesidad de una instrucción más completa, donde la enseñanza sobre Jesús y la enseñanza de Jesús, ya singularmente modificada y aumentada, se encontraron amalgamadas cada vez más para formar los libros de cate que sis litúrgica a los que se conservó el nombre de Evangelio.

  Nuestros Evangelios, y aun los sinópticos, encierran más bien elementos de las catequesis cristianas primitivas que instrucciones realmente impartidas por Jesús en Galilea y Jerusalén, y no es necesario probar que la gnosis mística del cuarto Evangelio le fue completamente extraña. Se le construyó una enseñanza como se le constituyó una leyenda, recurriendo a numerosas copias. Una parte de las sentencias que constituyen la tradición de los sinópticos fue tomada de la enseñanza de los rabinos; el conjunto, hasta lo que hay de espíritu helenocristiano, se encuentra en el judeohelenismo[54]. Puede decirse que la enseñanza de los tres primeros Evangelios está concebida a la manera de Jesús y hasta que está penetrada bastante directamente por su espíritu. Pero nada parece hoy más vano que la pretensión de reconstituir la enseñanza de Cristo distribuyendo en un orden más o menos lógico los discursos y sentencias esparcidos en los tres primeros Evangelios, Ni en esta síntesis ni en su orden disperso reflejan los discursos de qué trata el pensamiento de Jesús, Esos discursos están construidos en vista de las comunidades cristianas, de sus necesidades, sus inquietudes, sus sufrimientos y dificultades interiores y en fin su situación en el mundo pagano y su polémica con los judíos.

La naissance du christianisme

    Alfred Loisy, 1933
Responder
#14

(28 Aug, 2019, 05:59 PM)Saskatchewan escribió:  
(28 Aug, 2019, 05:18 PM)DumsterDiver escribió:  
(28 Aug, 2019, 03:23 PM)Saskatchewan escribió:  Este tema debe estar en ateos y agnósticos

Esta sección no es para poner en duda la existencia de Jesus ...es mas bien para los que creen en Jesucristo e intercambiar opiniones.

Pero un cristiano, debe rechazar a un ateo?

Más bien no es su deber sacarlo de su ignorancia?

Cual ignorancia ?


Explico:

El cristiano cree en la biblia.

La biblia dice:

 4 El inicuo, conforme a su altanería, no hace investigación; todas sus ideas son: “No hay Dios”.

Ahora el cristiano sabe el porqué un ateo no cree en Dios.

!!!!no hace investigación!!!!

Si no hace investigación, entonces ignora, (es ignorante en ese sentido) me explico.


El cristiano ahora lo ayuda correcto?

Y así no ignore más.
Responder
#15

(28 Aug, 2019, 03:23 PM)Saskatchewan escribió:  Este tema debe estar en ateos y agnósticos

Esta sección no es para poner en duda la existencia de Jesus ...es mas bien para los que creen en Jesucristo e intercambiar opiniones.

Exacto, la sala cristiana está para que participen quienes creen en el Cristo bíblico.

El tema me parece super interesante, pero para evitar choques con los creyentes de la sala cristiana, lo muevo a la sala agnóstica.

Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."
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