08 Mar, 2021, 03:18 PM
Ya hemos hablado ampliamente de los sutiles y a veces descarados cambios al traducir la versión más reciente de la biblia de los Testigo de Jehová, así que esta ocasión platicaré más sobre los errores del proceso de traducción.
1. Motivos: Se ha intentado vender la idea de que esta es solamente una actualización del lenguaje, pero si bien es cierto que el lenguaje cambia con el paso de los años, ¿es creíble que de 1985 (fecha en que se presentó la anterior actualización) al 2013 hubiera tantos cambios en el idioma inglés que se necesitara una revisión? Pasaron menos de 30 años entre una versión y otra, así que a otro perro con ese hueso. Entonces ¿cuál fue el motivo? En el discurso de presentación de la Biblia en español Gerrit Lorsh del cuerpo gobernante indica que la gente actualmente ya no le gusta leer, y que necesitaba hacer una biblia más sencilla, ¿Se complacerá Dios en que se simplifique su mensaje? Que la gente no le guste leer no debería influir en la proclamación del evangelio, así que la razón aunque cierta, es inválida; esta traducción intenta evitarle al lector la fatiga de investigar, de comparar palabras o intentar saber lo más exacto posible lo que decía el texto original; esta me parece más una biblia para evangelizar por la sencillez del lenguaje, pero en vez de añadirla como un complemento a la anterior versión la sustituyeron, ahora ni siquiera el testigo común ve la necesidad de investigar, pero que no nos sorprenda esto, pues es parte de los cambios de los últimos años en el cual el cuerpo gobernante nos trata como bobos dándonos el alimento masticado y regurgitado como si de polluelos se tratara.
2. Las credenciales de los traductores: Nuevamente se comete el error de omitir el nombre de los traductores, porque al echarle una googleada nos daríamos cuenta que tienen menos papeles que un conejo de monte, son unos don nadie en el mundo de la erudición, y no es para menos, ningún erudito serio se creerá alguna vez los chascos de 1914 y el esclavo fiel de 1919, así que tienen que buscar “eruditos” dentro de la organización. Pero ¿realmente saben los idiomas originales de la biblia estos eruditos watchtowerianos? Aunque no los conozco la respuesta es no, ¿cómo lo sabemos? La presentación de esta traducción dice que está basada en los manuscritos originales hebreo y griego, pero más adelante en A3 se nos explica que en realidad se consultaron para el hebreo la Biblia la Biblia Hebraica Stuttgartensia como la Biblia Hebraica Quinta y para las escrituras griegas se utilizó el Brooke Westcott y Fenton Hort, para darnos una idea, utilizar estos textos maestros es como si yo utilizara el google traductor para trasladar del inglés al español un texto, y después ya solamente leerlo para ver cómo se entiende, agregando o cambiando palabras para que resulte más entendible. Qué diferencia por ejemplo con Jerónimo, que tradujo la parte hebrea de la Vulgata Latina utilizando manuscritos hebreos en vez de la Septuaginta. Aclaro: la TNM no es la única biblia que se ha traducido a partir de textos maestros, el error está en hacerle pensar al testigo de a pie que el comité de traducción está versado en griego y hebreo, y que tradujeron de pergaminos y papiros esta revisión.
3. La autonomía de los traductores en el proceso: Cuando vas a un puesto de enchiladas las puedes pedir de mole o verdes, sin cebolla o con cebolla, grandes o chicas, pero en el caso de que encargues una traducción ¿debería consultarte el traductor si tiene dudas? Entiendo que los comités consulten al cuerpo gobernante cuando tienen una duda sobre lo que dicen las publicaciones, al fin y al cabo, falsas o verdaderas son de su autoría las palabras pero ¿la biblia? ¿qué clase de cliente y de traductor se prestan a un juego de acordar qué debe decir el texto?; por ejemplo, en el caso de las 237 inserciones del nombre Jehová en el nuevo testamento, los traductores tuvieron que acatarse a la tradición que se tiene desde 1950: escribir el nombre Jehová, aunque no hubiera pruebas que lo ameritaran.
4. Los supervisores del proyecto: queda claro que los supervisores son los ocho viejitos de Warwick, ¿algo que decir sobre su currículum teológico? Más blanco que la nieve. Por lo menos en el pasado Franz se aventó casi toda la primera versión de la traducción copiando y pegando, estos actuales ni para eso son buenos. Aun así, tuvieron que ser consultados si existía alguna duda sobre traducción.
PD: Recientemente salió una “versión de estudio”, por un momento le di el beneficio de la duda y pensé que iba a tener notas al margen como la Thompson, o apuntes útiles de cada versículo de la biblia como la de MacArthur, pero qué decepción, lo único que tiene de estudio es que si le pulsas a un texto te remite a una Atalaya que explica el versículo en cuestión… y ya sabemos que esa explicación probablemente cambie en 10 años.
1. Motivos: Se ha intentado vender la idea de que esta es solamente una actualización del lenguaje, pero si bien es cierto que el lenguaje cambia con el paso de los años, ¿es creíble que de 1985 (fecha en que se presentó la anterior actualización) al 2013 hubiera tantos cambios en el idioma inglés que se necesitara una revisión? Pasaron menos de 30 años entre una versión y otra, así que a otro perro con ese hueso. Entonces ¿cuál fue el motivo? En el discurso de presentación de la Biblia en español Gerrit Lorsh del cuerpo gobernante indica que la gente actualmente ya no le gusta leer, y que necesitaba hacer una biblia más sencilla, ¿Se complacerá Dios en que se simplifique su mensaje? Que la gente no le guste leer no debería influir en la proclamación del evangelio, así que la razón aunque cierta, es inválida; esta traducción intenta evitarle al lector la fatiga de investigar, de comparar palabras o intentar saber lo más exacto posible lo que decía el texto original; esta me parece más una biblia para evangelizar por la sencillez del lenguaje, pero en vez de añadirla como un complemento a la anterior versión la sustituyeron, ahora ni siquiera el testigo común ve la necesidad de investigar, pero que no nos sorprenda esto, pues es parte de los cambios de los últimos años en el cual el cuerpo gobernante nos trata como bobos dándonos el alimento masticado y regurgitado como si de polluelos se tratara.
2. Las credenciales de los traductores: Nuevamente se comete el error de omitir el nombre de los traductores, porque al echarle una googleada nos daríamos cuenta que tienen menos papeles que un conejo de monte, son unos don nadie en el mundo de la erudición, y no es para menos, ningún erudito serio se creerá alguna vez los chascos de 1914 y el esclavo fiel de 1919, así que tienen que buscar “eruditos” dentro de la organización. Pero ¿realmente saben los idiomas originales de la biblia estos eruditos watchtowerianos? Aunque no los conozco la respuesta es no, ¿cómo lo sabemos? La presentación de esta traducción dice que está basada en los manuscritos originales hebreo y griego, pero más adelante en A3 se nos explica que en realidad se consultaron para el hebreo la Biblia la Biblia Hebraica Stuttgartensia como la Biblia Hebraica Quinta y para las escrituras griegas se utilizó el Brooke Westcott y Fenton Hort, para darnos una idea, utilizar estos textos maestros es como si yo utilizara el google traductor para trasladar del inglés al español un texto, y después ya solamente leerlo para ver cómo se entiende, agregando o cambiando palabras para que resulte más entendible. Qué diferencia por ejemplo con Jerónimo, que tradujo la parte hebrea de la Vulgata Latina utilizando manuscritos hebreos en vez de la Septuaginta. Aclaro: la TNM no es la única biblia que se ha traducido a partir de textos maestros, el error está en hacerle pensar al testigo de a pie que el comité de traducción está versado en griego y hebreo, y que tradujeron de pergaminos y papiros esta revisión.
3. La autonomía de los traductores en el proceso: Cuando vas a un puesto de enchiladas las puedes pedir de mole o verdes, sin cebolla o con cebolla, grandes o chicas, pero en el caso de que encargues una traducción ¿debería consultarte el traductor si tiene dudas? Entiendo que los comités consulten al cuerpo gobernante cuando tienen una duda sobre lo que dicen las publicaciones, al fin y al cabo, falsas o verdaderas son de su autoría las palabras pero ¿la biblia? ¿qué clase de cliente y de traductor se prestan a un juego de acordar qué debe decir el texto?; por ejemplo, en el caso de las 237 inserciones del nombre Jehová en el nuevo testamento, los traductores tuvieron que acatarse a la tradición que se tiene desde 1950: escribir el nombre Jehová, aunque no hubiera pruebas que lo ameritaran.
4. Los supervisores del proyecto: queda claro que los supervisores son los ocho viejitos de Warwick, ¿algo que decir sobre su currículum teológico? Más blanco que la nieve. Por lo menos en el pasado Franz se aventó casi toda la primera versión de la traducción copiando y pegando, estos actuales ni para eso son buenos. Aun así, tuvieron que ser consultados si existía alguna duda sobre traducción.
PD: Recientemente salió una “versión de estudio”, por un momento le di el beneficio de la duda y pensé que iba a tener notas al margen como la Thompson, o apuntes útiles de cada versículo de la biblia como la de MacArthur, pero qué decepción, lo único que tiene de estudio es que si le pulsas a un texto te remite a una Atalaya que explica el versículo en cuestión… y ya sabemos que esa explicación probablemente cambie en 10 años.