09 May, 2022, 06:55 PM
Amigos, pues les cuento que hace más o menos un mes ya estaba dispuesto a irme a mi casa después de una aburrida reunión de congregación durante la cual me la pasé navegando en el foro; sin embargo, el coordinador pidió que nos quedáramos los ancianetes y…
Contó que estaba tratando junto con otro Jeque ahí presente, el caso de un hermano que se había divorciado hace un tiempo de su esposa, pero hace poco volvieron y se casaron, pero se casaron solamente por “es lo que a Jehová le agrada” porque ellos mismos admiten que no hay amor en su relación, así que viven juntos, se soportan, pero no hay una relación.
La flamante idea del Coordinador, que nos quiso proponer era, que como el hermano en cuestión no es respetado por su esposa, ni por sus hijos como el cabeza del hogar, los ancianos debemos imponerlo como tal, y que lo que debíamos hacer, es ir una semana cada anciano a casa del hermano ¡a conducir la adoración en familia!, para este punto mi estómago castigado después de varias horas sin haber comido ya estaba causando estragos en mi persona, no podía pensar con tanta claridad, y aun así me pareció estúpida su idea, y más estúpido que los demás ancianetes aprobaban la idea que el coordinador se sacó de quién sabe dónde.
Ahí fue cuando pensé ¡madre mía!, si no digo algo en este momento voy a tener que ir a perder mi tiempo yendo un lunes al mes a decirle a un matrimonio fallido de más de 50 años de edad lo que supuestamente deben hacer para fortalecer su relación… así que para hacer un poco de tiempo le pedí al coordinador si podía explicarme de nuevo la razón para esta propuesta, el coordinador dijo que el hermano es cabeza de su casa, pero como no está cumpliendo su obligación de cabeza dirigiendo su adoración en familia, nosotros teníamos que hacer esa labor.
Y de ahí me agarré, les comenté que la parte espiritual es solo una faceta del cabeza de familia, y que si creía que nosotros debíamos cubrir esa parte, entonces también deberíamos cubrir la parte económica cuando él no lo hiciera, y la parte afectiva con su esposa… eso hizo dudar a los demás, quienes comenzaron a dar opiniones a favor y en contra, y lo que se contemplaba como una decisión unánime, no dio pie a nada, y solamente se acordó a hablar después del tema, pero después de casi un mes, no creo que se vuelva a hablar de esto.
Contó que estaba tratando junto con otro Jeque ahí presente, el caso de un hermano que se había divorciado hace un tiempo de su esposa, pero hace poco volvieron y se casaron, pero se casaron solamente por “es lo que a Jehová le agrada” porque ellos mismos admiten que no hay amor en su relación, así que viven juntos, se soportan, pero no hay una relación.
La flamante idea del Coordinador, que nos quiso proponer era, que como el hermano en cuestión no es respetado por su esposa, ni por sus hijos como el cabeza del hogar, los ancianos debemos imponerlo como tal, y que lo que debíamos hacer, es ir una semana cada anciano a casa del hermano ¡a conducir la adoración en familia!, para este punto mi estómago castigado después de varias horas sin haber comido ya estaba causando estragos en mi persona, no podía pensar con tanta claridad, y aun así me pareció estúpida su idea, y más estúpido que los demás ancianetes aprobaban la idea que el coordinador se sacó de quién sabe dónde.
Ahí fue cuando pensé ¡madre mía!, si no digo algo en este momento voy a tener que ir a perder mi tiempo yendo un lunes al mes a decirle a un matrimonio fallido de más de 50 años de edad lo que supuestamente deben hacer para fortalecer su relación… así que para hacer un poco de tiempo le pedí al coordinador si podía explicarme de nuevo la razón para esta propuesta, el coordinador dijo que el hermano es cabeza de su casa, pero como no está cumpliendo su obligación de cabeza dirigiendo su adoración en familia, nosotros teníamos que hacer esa labor.
Y de ahí me agarré, les comenté que la parte espiritual es solo una faceta del cabeza de familia, y que si creía que nosotros debíamos cubrir esa parte, entonces también deberíamos cubrir la parte económica cuando él no lo hiciera, y la parte afectiva con su esposa… eso hizo dudar a los demás, quienes comenzaron a dar opiniones a favor y en contra, y lo que se contemplaba como una decisión unánime, no dio pie a nada, y solamente se acordó a hablar después del tema, pero después de casi un mes, no creo que se vuelva a hablar de esto.