17 Sep, 2019, 08:45 PM
Escarabajo Bombardero: El Insecto Arsenal.
El borde de la cola del escarabajo bombardero está equipado con un par de “rociadores” (o aberturas de glándulas) que sirven para disparar su munición gaseosa. El gas está compuesto por dos reactivos químicos—peróxido de hidrogeno e hidroquinona. Cuando el escarabajo contrae su esfínter, estos dos químicos se mezclan con enzimas catalíticas. La reacción química resultante aumenta la temperatura al punto de la ebullición del agua (100ºC). Mientras que la válvula rociadora se cierra para proteger los órganos del escarabajo, la mezcla de gas y humo sale disparada a 212 grados Fahrenheit (100ºC). Algunas clases de escarabajos bombarderos pueden dirigir sus rociadores y disparar en casi cualquier dirección con la ayuda de placas deflectoras. Todos ellos le aciertan a sus objetivos con la precisión de un francotirador.
¿Cómo podrían la “munición” y el “cañón" haber evolucionado si todos los ingredientes y mecanismos específicos tenían que estar presentes en conjunto para que funcionara? Desde el punto de vista evolucionista-secular, la selección natural habría ido en contra de este escarabajo, ya que no habría tenido ningún valor de supervivencia antes de tener todos los componentes juntos.
Los evolucionistas han contraatacado con ideas imaginativas de como un mecanismo de defensa tan complejo podría haber evolucionado. La evolución supuestamente da inicio desde formas de vida primitivas hasta transformarse en otras más superiores. Ya que los evolucionistas dicen que los cambios que nos llevaron de ser una masa sin forma a ser lo que ahora somos sucedieron por medio de pequeñas modificaciones a lo largo de millones de años, la “teoría” de la evolución no puede ser probada. Cualquier diseño puede dividirse en varios supuestos sucesos. Sin embargo, estos supuestos sucesos no pueden ser probados ni refutados, ya que nadie puede regresar en el tiempo y comprobar la tan alegada evolución de un animal a otro.
Tanto evolucionistas como creacionistas tienen las mismas evidencias, pero las interpretan de acuerdo a sus diferentes creencias. Los evolucionistas basan sus creencias en el racionamiento humano de que el diseño de este mundo pudo lograrse por medio de pequeñas modificaciones evolutivas a lo largo de millones de años. Los creacionistas bíblicos basan sus creencias en la revelación de Dios, la Biblia, la cual dice que El creó los cielos y la tierra con criaturas completamente desarrolladas y funcionando de acuerdo a su clase. Tanto la evolución como la creación requieren creer en lo que no se puede ver. Aunque en casos como el del escarabajo bombardero, se necesita más fe para creer que una criatura tan compleja como esta evolucionó.
El borde de la cola del escarabajo bombardero está equipado con un par de “rociadores” (o aberturas de glándulas) que sirven para disparar su munición gaseosa. El gas está compuesto por dos reactivos químicos—peróxido de hidrogeno e hidroquinona. Cuando el escarabajo contrae su esfínter, estos dos químicos se mezclan con enzimas catalíticas. La reacción química resultante aumenta la temperatura al punto de la ebullición del agua (100ºC). Mientras que la válvula rociadora se cierra para proteger los órganos del escarabajo, la mezcla de gas y humo sale disparada a 212 grados Fahrenheit (100ºC). Algunas clases de escarabajos bombarderos pueden dirigir sus rociadores y disparar en casi cualquier dirección con la ayuda de placas deflectoras. Todos ellos le aciertan a sus objetivos con la precisión de un francotirador.
¿Cómo podrían la “munición” y el “cañón" haber evolucionado si todos los ingredientes y mecanismos específicos tenían que estar presentes en conjunto para que funcionara? Desde el punto de vista evolucionista-secular, la selección natural habría ido en contra de este escarabajo, ya que no habría tenido ningún valor de supervivencia antes de tener todos los componentes juntos.
Los evolucionistas han contraatacado con ideas imaginativas de como un mecanismo de defensa tan complejo podría haber evolucionado. La evolución supuestamente da inicio desde formas de vida primitivas hasta transformarse en otras más superiores. Ya que los evolucionistas dicen que los cambios que nos llevaron de ser una masa sin forma a ser lo que ahora somos sucedieron por medio de pequeñas modificaciones a lo largo de millones de años, la “teoría” de la evolución no puede ser probada. Cualquier diseño puede dividirse en varios supuestos sucesos. Sin embargo, estos supuestos sucesos no pueden ser probados ni refutados, ya que nadie puede regresar en el tiempo y comprobar la tan alegada evolución de un animal a otro.
Tanto evolucionistas como creacionistas tienen las mismas evidencias, pero las interpretan de acuerdo a sus diferentes creencias. Los evolucionistas basan sus creencias en el racionamiento humano de que el diseño de este mundo pudo lograrse por medio de pequeñas modificaciones evolutivas a lo largo de millones de años. Los creacionistas bíblicos basan sus creencias en la revelación de Dios, la Biblia, la cual dice que El creó los cielos y la tierra con criaturas completamente desarrolladas y funcionando de acuerdo a su clase. Tanto la evolución como la creación requieren creer en lo que no se puede ver. Aunque en casos como el del escarabajo bombardero, se necesita más fe para creer que una criatura tan compleja como esta evolucionó.