19 Apr, 2024, 06:00 PM
En cada encomienda, empresa, ruta o camino a escoger, hay que contemplar normas, encauzamientos, modos, maneras y limitaciones. Esto no implica el hecho de que tengamos que obedecer ciegamente cualquiera de ellos, sin considerar motivos, razones, circunstancias, situaciones y parámetros a tenor con cada interacción nuestra en la vida o en una de estas circunstancias.
No es conveniente correr ante una advertencia o aviso de fuego, sin cuestionar desde dónde viene la voz de advertencia, dónde está el fuego, en cuál dirección debes correr para evitar un daño y muy importante, saber qué hacer para enfrentar el peligro tras haber obtenido de antemano el conocimiento o las instrucciones para saber incluso hasta como ayudar a otros a evitar ser afectados.
No todas las vedas son razonables, no todas las prohibiciones cuentan con el aval de la demostración racional, conveniencias y aciertos. Cuando se trata de directrices, órdenes compulsorias, normas y encauzamientos, es necesario someterlas a escrutinio sobre motivaciones, intereses, hasta encontrar verdades concernientes dúctiles, maleables beneficiosas y verdadera justicia y convicciones a tenor con las deseabilidades en el espíritu. Por ejemplo:
Si ves que a la entrada de una residencia desconocida hay un letrero que lee: ¡Cuidado con el perro! Ten cuidado con el perro. Si se te dijo: No debes dejarte la barba. Debes preguntar: ¿ Por qué no debo dejarme la barba? Si no hay peligro inminente o no parece razonable una explicación, y el Estado de Derechos no especifica una condición que hace prohibitivo el uso de la barba...¡Tienes la libertad de dejártelas! No es inductivo, no es imperativo, no es obligación, no es un deber...No tienes que obedecer si no lo consideras una inconveniencia.
Si tomamos cada renglón impositivo alineado en tu solicitud de opiniones, siempre será bueno someter cada situación planteada a ese escrutinio sobre razonabilidad sin que tengas que verlo necesariamente como coacción o lineamiento impositivo basado o anclado en simple manipulación del individuo. Si percibes o consideras intromisión indebida en tus privacidades y gustos y lo que se prohíbe no peca de ser concupiscente, ilegal, impropio... estás en la libertad de hacer caso omiso gústele a quien le guste o aunque no le guste a quien no le guste, valgan todas las redundancias. Cada cosa de estas es asunto de conciencia.
No es conveniente correr ante una advertencia o aviso de fuego, sin cuestionar desde dónde viene la voz de advertencia, dónde está el fuego, en cuál dirección debes correr para evitar un daño y muy importante, saber qué hacer para enfrentar el peligro tras haber obtenido de antemano el conocimiento o las instrucciones para saber incluso hasta como ayudar a otros a evitar ser afectados.
No todas las vedas son razonables, no todas las prohibiciones cuentan con el aval de la demostración racional, conveniencias y aciertos. Cuando se trata de directrices, órdenes compulsorias, normas y encauzamientos, es necesario someterlas a escrutinio sobre motivaciones, intereses, hasta encontrar verdades concernientes dúctiles, maleables beneficiosas y verdadera justicia y convicciones a tenor con las deseabilidades en el espíritu. Por ejemplo:
Si ves que a la entrada de una residencia desconocida hay un letrero que lee: ¡Cuidado con el perro! Ten cuidado con el perro. Si se te dijo: No debes dejarte la barba. Debes preguntar: ¿ Por qué no debo dejarme la barba? Si no hay peligro inminente o no parece razonable una explicación, y el Estado de Derechos no especifica una condición que hace prohibitivo el uso de la barba...¡Tienes la libertad de dejártelas! No es inductivo, no es imperativo, no es obligación, no es un deber...No tienes que obedecer si no lo consideras una inconveniencia.
Si tomamos cada renglón impositivo alineado en tu solicitud de opiniones, siempre será bueno someter cada situación planteada a ese escrutinio sobre razonabilidad sin que tengas que verlo necesariamente como coacción o lineamiento impositivo basado o anclado en simple manipulación del individuo. Si percibes o consideras intromisión indebida en tus privacidades y gustos y lo que se prohíbe no peca de ser concupiscente, ilegal, impropio... estás en la libertad de hacer caso omiso gústele a quien le guste o aunque no le guste a quien no le guste, valgan todas las redundancias. Cada cosa de estas es asunto de conciencia.