25 Mar, 2025, 02:45 PM
Para el tiempo de Pablo (siglo I), el imperio en poder era Roma. Para ese entonces, todo lo que hoy conocemos como la filosofía clásica, es decir, de la Grecia Antigua, ya había florecido. Podemos pensar en los tres más sobresalientes: Sócrates (470-399 a. C.), Platón (c. 428-347 a. C.) y Aristóteles (384-322 a. C.), tenían siglos de haber vivido, Pero sus enseñanzas de estos y de muchos otros, se habían permeado en la cultura griega y luego habían sido adoptadas por Roma.
Tan solo Aristóteles fue maestro de Alejandro Magno y se le considera padre del método científico, entre otras tantas cosas. Así que estás ideas estuvieron presentes al menos en los círculos más intelectuales. Para el tiempo de Pablo y los medios en los que creció resulta bastante probable que tuvo bastante contacto con ellos. Es más, algunos ven en las enseñanzas de Jesús cierta influencia de corrientes como el estoicismo (aunque la evidencia mínima sugiere que los estoicistas de tiempos cristianos nunca vieron con buenos ojos a estos últimos).
Los filósofos clásicos hablaron del Logos, que tenía que ver con la razón, el conocimiento, la sabiduría e incluso, en temas más profundos, con la verdad y el sentido de la existencia. Es curioso que Juan abra su evangelio con una disertación sobre el Logos, diciendo que no puede ser otro más que Jesucristo, subiéndose en cierta forma a la discusión. Me hace pensar que, a pesar de sus humildes orígenes, en algún momento de lo que parece ser una larga vida (el último de los apóstoles) escarbó en la filosofía.
Si le quitamos lo divino, podemos entender a Jesús o al menos a su figura histórica como un filósofo, y el cristianismo como su escuela.
Tan solo Aristóteles fue maestro de Alejandro Magno y se le considera padre del método científico, entre otras tantas cosas. Así que estás ideas estuvieron presentes al menos en los círculos más intelectuales. Para el tiempo de Pablo y los medios en los que creció resulta bastante probable que tuvo bastante contacto con ellos. Es más, algunos ven en las enseñanzas de Jesús cierta influencia de corrientes como el estoicismo (aunque la evidencia mínima sugiere que los estoicistas de tiempos cristianos nunca vieron con buenos ojos a estos últimos).
Los filósofos clásicos hablaron del Logos, que tenía que ver con la razón, el conocimiento, la sabiduría e incluso, en temas más profundos, con la verdad y el sentido de la existencia. Es curioso que Juan abra su evangelio con una disertación sobre el Logos, diciendo que no puede ser otro más que Jesucristo, subiéndose en cierta forma a la discusión. Me hace pensar que, a pesar de sus humildes orígenes, en algún momento de lo que parece ser una larga vida (el último de los apóstoles) escarbó en la filosofía.
Si le quitamos lo divino, podemos entender a Jesús o al menos a su figura histórica como un filósofo, y el cristianismo como su escuela.