18 Apr, 2018, 11:59 PM
JoseFidencio: gracias por las comparaciones en cuanto al ruido, está claro que la posición de la Watchtower en cuanto a esto es similar a la que tienen con los “dos testigos”; completamente anticuada.
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(11 Mar, 2018, 02:46 PM)Chicho escribió: *** w62 1/7 págs. 414-415 Preguntas de los lectores ***
● ¿Cómo pueden las muchachas guardarse de la tentación en este mundo obsesionado por el sexo?
Cuando una muchacha llega a la edad de pubertad o de madurez física, su cuerpo se ha desarrollado más en lo que concierne al sexo que en su mente. A los jóvenes les gusta estar juntos, primero en grupos, más tarde en pares. Si no han recibido instrucción de sus padres respecto al asunto del sexo, es probable que un muchacho y una muchacha se hagan demasiado íntimos y se entreguen a caricias amorosas. Tal vez sigan haciendo esto por un tiempo sin notar ningún mal resultado. No obstante, vendrá el tiempo en que habrá gran peligro en esas acciones. ¿Por qué? En respuesta a esta pregunta, podemos aprender acerca de la naturaleza y el sexo observando la familia vacuna de mamíferos, tanto los animales salvajes de ésta como los domesticados.
Grandes manadas de ganado, machos y hembras, recorren los llanos paciendo. Por lo común al macho o toro no se le ocurriría acercarse a la hembra o vaca con propósitos sexuales. Si se acercara no tendría buena acogida, sino, más bien, tal vez sufriría heridas de los cuernos de la vaca. No se permite que haya caricias o relaciones sexuales entre el toro y la vaca, porque la hembra no está en condiciones físicas para criar. Parece que el toro entiende esto y se mantiene en su propio lugar. No obstante, cuando la hembra de la especie está en condiciones para criar, hace saber que lo está. Si no hay un macho en la manada, va a otro lugar buscando uno y está intranquila hasta que halla uno y luego él la cubre. Ahora ella está satisfecha, y el resultado final es un ternero. En conexión con esto es interesante notar que no hay temporada en que el animal macho no esté dispuesto a participar en el acto de fecundar.
Si nosotros, los humanos, tomáramos una lección de estas criaturas, aprenderíamos algo de importancia en los asuntos del sexo, en cuanto a su propósito y los resultados de su operación.
Igual como sucede con una vaca, cuando una muchacha joven ha llegado a su pubertad y está en condiciones físicas para concebir y estar encinta, sus emociones sexuales se excitan en gran manera. Si tiene asociación con un muchacho, tiende a pensar que la bondad del “dulce amigo” es lo que le causa esta sensación deleitable y nueva, de modo que se enamora locamente de él. Si sucediera que el muchacho se excitara sexualmente y le dejara saber esto a ella y entonces ella respondiera a los requerimientos del muchacho amoroso cediéndole su cuerpo, es muy probable que llegue a estar encinta como resultado de una sola experiencia sexual de esta clase.
Algunas personas piensan insensatamente que saben cuándo les es posible tener contacto sexual con los del sexo opuesto sin peligro de quedar embarazadas, pero están gravemente equivocadas. Ni siquiera los biólogos conocedores saben exactamente cuándo no hay peligro de que la mujer conciba. Se debe esto a ciertas irregularidades en el caso de diferentes mujeres.
Cuando el huevo, es decir, la célula reproductiva de la cual el bebé empieza, está libre o en camino desde el ovario de la mujer por vía de la trompa de Falopio al útero, se queda allí por un período de tiempo de duración incierta, que varía mucho en las diferentes mujeres. Este es el tiempo en que puede acontecer la concepción si se encuentra con esta célula la esperma masculina de vida. Durante ese mismo tiempo la mujer está sexualmente excitada y está lista para el acto sexual que en esta temporada hará que resulte un bebé. Esto de dar a luz hijos es el privilegio singular del sexo femenino. De hecho, ésta es una de las razones principales por las cuales se creó el sexo femenino del género humano.
Ha habido casos en que muchachas han salido encinta como resultado de una sola entrevista sexual con un muchacho. ¡Qué precio es éste para que lo pague una muchacha, una virgen, por unos cuantos minutos de emociones sexuales satisfechas! Una vez que las personas emprenden este camino peligroso y pecaminoso hallan difícil el vencer tentaciones futuras. Cuando una muchacha joven, no casada, cae en la tentación, el precio que paga es terrible: vergüenza, pesar, una reputación manchada, dificultades sin fin, con el peligro de ser expulsada de la congregación si es miembro dedicada. Ya es tiempo de que las muchachas entiendan la estructura de sus cuerpos y sus funciones, especialmente concerniente al sexo. Entonces si una muchacha con conocimiento de los hechos se cuida durante el tiempo en que la célula reproductiva o huevo está libre y está causando disturbios y anhelos sexuales dentro de ella, podrá portarse a todo tiempo como una señorita verdaderamente fina de moralidad irreprensible. Evitará la violación de su virginidad y la vergüenza y el remordimiento de conciencia concomitantes; y sabiamente dirigirá su vida joven de tal modo que termine en la posición de una esposa limpia y feliz y madre de hijos legítimos, viajando hacia el nuevo mundo de justicia, en el cual no habrá problemas de sexo en medio de una población obsesionada por el sexo.
(02 Sep, 2019, 08:49 AM)Chicho escribió: Pues sorprendentemente parece que las cosas están cambiando, en campos como la construcción, computación y otros laborales; mujeres están operando en funciones de supervisión, incluso en los formularios de los Comités de Mantenimiento aparecen los nombres de mujeres que están dirigiendo ciertas funciones.